Confinadas y atrapadas en la fresa

El viaje de vuelta de este primer grupo es fruto de las gestiones durante semanas de organizaciones agrarias como UPA y Freshuelva, sindicatos, ONG, la Junta de Andalucía, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el cónsul general de Marruecos en Sevilla, Charif Cherkaoui. Este llamó a la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, de la que depende políticas migratorias, en la noche del martes para informar de un avión fletado por el reino alauita para la repatriación de marroquíes bloqueados en España, la mayoría de Algeciras. Marruecos ha comenzado este miércoles a facilitar el regreso de más de 9.000 nacionales que quedaron varados cuando este país cerró fronteras el pasado 13 de marzo, entre ellas las temporeras de la fresa. Entonces todavía había faena en los campos de frutos rojos, pero muchas, venidas en diciembre, contaban ya entonces con volver enseguida, sobre todo las 40 embarazadas que han dado a luz o están a punto de hacerlo y otras enfermas.

Solo tienen trabajo temporeras vinculadas a explotaciones de otros frutos rojos, como el arándano, que han solicitado ampliar su estancia laboral hasta final de julio, pero son muy pocas. Para el resto, el Ministerio de Asuntos Exteriores prorrogó el visado hasta el 30 de junio para que no tuvieran problemas. Los patronos de la fresa han facilitado que sigan viviendo en las casas de las fincas en las que son alojadas durante la campaña, pero muchas «lo que quieren es volver a sus casas; no podemos olvidarnos que vienen con un planteamiento de vida, son madres de familias, vienen por el sueldo, que suelen enviar casi completo cada mes a Marruecos, por lo que tampoco se encuentran con muchos recursos si no trabajan».

¿Por qué un grupo tan reducido ha regresado este miércoles? Mar Ahumada explica que el aviso del avión se realizó con apenas 12 horas de tiempo. El cónsul de Marruecos «se comprometió a que cuando empezara la repatriación de los nacionales, él iba a hacer lo posible para el regreso de las mujeres más vulnerables, que son las madres y sus bebés, algunos de pocos días». La llamada del cónsul se produjo a las nueve de la noche para saber cuántas mujeres podrían en poco tiempo recoger sus cosas y plantarse en Sevilla a arreglar el visado y trasladarse al aeropuerto de Málaga. A las tantas de la noche, el dispositivo de la Junta, que cuenta con cuatro mediadoras encargadas de velar por las condiciones sociales y sanitarias de las temporeras, contactó con las que podían tener todo en regla. Se han quedado en tierra mujeres enfermas de cáncer y algunas embarazadas a punto de dar a luz por necesitar para ello un certificado médico que en tan poco tiempo era difícil de conseguir.

Las temporeras marroquíes tienen una alta consideración en las exploraciones freseras de Huelva. Algunas llevan 15 años viniendo cada temporada. El pasado año fueron noticia por la denuncia de vulneración de sus derechos de hospedaje en condiciones insalubres y por abusos sexuales, pero no ha prosperado y la justicia la ha archivado. «Lo que veo es que el sector está bastante comprometido, llevan muy a rajatabla atender bien a estas mujeres», afirma la directora general de Políticas Migratorias de la Junta.