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La pesadilla no ha terminado. La fuerte irrupción de polvo sahariano, que está tiñendo los cielos y las calles de rojo, sigue convirtiendo este viernes la lluvia en barro. La pregunta está sobre la mesa: ¿hasta cuándo? Y la previsión no es optimista. Por ahora, todo parece indicar a que dicha nube de polvo procedente del Sáhara se mantendrá en buena parte de la Península Ibérica, y en especial en Andalucía, este fin de semana. Así lo señalan los mapas del Servicio de Monitorización Atmosférica de Copernicus. A tenor de su modelo, la nube de polvo continuará siendo densa sobre la región hasta la tarde del domingo. Desde entonces, comenzará a dispersarse, hasta casi desaparecer.
En la misma línea se posiciona el pronóstico de Aemet: «Las precipitaciones pueden ir acompañadas de depósitos de barro en el litoral mediterráneo a primeras horas», destaca la agencia estatal cara al sábado. Una jornada en la que se prevén «cielos nubosos con chubascos ocasionales, más probables e intensos por la tarde y en el interior oriental, tendiendo a cielos poco nubosos al final del día, salvo en el tercio oriental». Además, se esperan brumas matinales, sin descartar nieblas en el interior, y temperaturas mínimas en descenso. Las máximas irán en ascenso en el tercio oriental y sin cambios en el resto mientras que los vientos soplarán de componente este, flojos en el interior.
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Almudena Nogués
Tanto la dirección favorable del viento como las condiciones en el Sáhara han sido las idóneas para que la atmósfera se cargue de nuevo del molesto polvo en suspensión, que ha sido transportado hasta estas latitudes. Episodios los de estos días históricos. «El flujo de suroeste de las vaguadas desde el norte de África hacia la parte este de la península se suele ver afectado por polvo en suspensión procedente del Sáhara en determinadas épocas, pero esta intensidad es muy poco frecuente», explicó a SUR Jesús Riesco, director del Centro Meteorológico en Málaga.
Como consecuencias, no solo viviendas y edificios sucios. La peor, en lo que respecta a la salud, es la mala calidad del aire, dadas las elevadas concentraciones de partículas PM 10 y PM 2.5. De ahí que se recomiende que las personas asmáticas y alérgicas usen mascarillas mientras estén en la calle.
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