Borrar
El Consejo de Gobierno andaluz el pasado día 23 tras acabar el estado de alarma en el recinto de La Alhambra. EFE
El bipartito andaluz sigue estable pese a las divisiones en Ciudadanos y la presión de Vox

El bipartito andaluz sigue estable pese a las divisiones en Ciudadanos y la presión de Vox

Moreno mantiene su hoja de ruta con Marín de una legislatura completa y tampoco ve peligrar la alianza con los de Abascal

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 4 de julio 2020

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El bipartito andaluz ha salido indemne del largo confinamiento por la pandemia de Covid y seguirá gozando de «buena salud» tras los envites últimos de ruptura de Vox, socio parlamentario necesario para la estabilidad del gobierno en Andalucía, y las divisiones internas en el partido de los naranjas, insiste tanto el entorno de Juanma Moreno como el de Juan Marín, presidente y vicepresidente de la Junta.

Los dos políticos llevan tres semanas lanzando mensajes sobre lo bien avenidos que siguen, el buen clima de entendimiento de los equipos de consejeros de ambos partidos y la seguridad de mantener la hoja de ruta de una legislatura completa pese al ruido externo. «No tenemos ninguna grieta, a veces hay matices diferentes, pero nos une la defensa de los intereses de Andalucía», aseguró Moreno al comparecer junto a Marín tras el levantamiento del estado de alarma en La Alhambra de Granada. «Nuestras relaciones son francamente buenas, fluidas y serenas» ha insistido en varias entrevistas.

La clave, opina Marín, está en mantener la máxima acuñada con las elecciones generales de 2019, recién inaugurada la coalición de gobierno, de «encapsular» al bipartito del ruido externo y las tensiones de sus respectivos partidos en el ámbito nacional. Han tenido ocasiones de ponerlo en práctica más veces. Así el giro de Inés Arrimadas en la estrategia de colaborar con el Gobierno de Pedro Sánchez y apoyar las sucesivas prórrogas del estado de alarma frente al 'no' de Pablo Casado, descolocaron al partido naranja en la Junta, pero no interfirió en las relaciones del bipartito. «Yo no le pregunto a Juanma Moreno por lo que hace o decide Pablo Casado y él tampoco me pregunta a mí por Inés Arrimadas», resumió de manera gráfica el vicepresidente.

Marín había sido la voz más crítica de la Junta con la gestión del Gobierno de PSOE-Unidas Podemos de la pandemia, pero esto no evitó que Vox, a raíz de la nueva estrategia de Arrimadas, volviera a dirigir su cañón de presiones contra las cabezas naranjas del Gobierno andaluz. Luego han ido también a por las del PP o, en realidad, a por las de todo el bipartito en la misma diana.

En estas tres últimas semanas en las que Moreno y Marín se han esforzado por transmitir sintonía de los dos partidos, Vox ha dejado en evidencia la minoría parlamentaria de PP y Cs, ya que juntos suman 47 diputados, lejos de los 55 de la mayoría absoluta. La última ha sido al rechazar la celebración este próximo martes de un Pleno extraordinario para la aprobación de dos nuevos decretos, uno de ellos sobre el plan de empleo Aire de la Junta con los ayuntamientos.

Vox quiere que su opinión cuente en la formulación de un decreto que incluye 165 millones de euros para dar trabajo a 19.000 personas y también cambios legislativos como eximir de estar al tanto de la Seguridad Social a los ayuntamientos. Al rechazar, junto a PSOE y Adelante, la celebración del Pleno obliga a su devolución al ejecutivo y la oportunidad de meter baza en un nuevo texto.

Un aviso que se une a otros de gran calado cara al Presupuesto de 2021, para el que anuncia entregar una lista cerrada de los entes instrumentales que el bipartito debe suprimir si desea su apoyo. En algunos de esos entes, como los de Idea, Andalucía emprende y Avra, el bipartito tiene depositados la confianza del desarrollo de algunos programas estrella para recuperar Andalucía de los estragos de la Covid, como inyecciones de créditos a las pequeñas empresas, viviendas de alquiler y los mismos planes de empleo.

Ha sido precisamente en la elaboración y aprobación de la decena de decretos o modificaciones de otros durante la pandemia, cuando se ha hecho palpable la unidad de acción del bipartito andaluz. Más allá de recelos de protagonismo en los diferentes anuncios, PP y Cs han ido de la mano frente a las críticas de PSOE y Adelante y las presiones de Vox sobre el contenido de esos decretos, algunos de gran controversia como el de la reducción de trabas burocráticas, suspendido en parte por el Tribunal Constitucional. A diferencia de PP y Cs en la Comunidad de Madrid y de PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno central, no ha trascendido ninguna diferencia de criterio en el bipartito andaluz sobre ninguna de las importantes modificaciones. Algo poco usual en las coaliciones de gobierno precedentes en la Junta andaluza. En la última entre PSOE e IU (2012-2015) hubo sonadas discrepancias sobre políticas de vivienda e impuestos.

El entorno de Juanma Moreno interpreta que en parte obedece a la capacidad de liderazgo y de empatía del presidente dentro del equipo de gobierno. Moreno ha llegado a decir que si al principio distinguía entre consejeros de su partido y de Cs, a los que trataba con más tiento para no molestarles, ahora es igual de enérgico con todos a la hora de pedirles cosas o mimarles. Los ve a todos del mismo color.

En la oposición apuntan ese hiperliderazgo presidencial de Moreno como una estrategia del PP para absorber a Cs cara a las próximas elecciones autonómicas. Por el momento los cinco consejeros de Cs, incluido el vicepresidente Marín, se sienten blindados en la Junta en medio de la tormenta de divisiones del partido tras la debacle electoral de noviembre. Divisiones que están afectando al grupo parlamentario y a la organización en Andalucía. Por ahora no va a llegar al Gobierno, aseguran tanto fuentes del entorno de Marín como del de Moreno pese a los insistentes rumores de crisis.

El bipartito, que exhibe el cumplimiento de casi el 90% del acuerdo que firmaron hace año y medio, admite que la cojera de la alianza andaluza está en la pata de Vox. Algo que no es nuevo. Para el presidente andaluz, es lógico que Vox quiera hacerse notar como una opción política diferente e interpreta los últimos órdagos parlamentarios fruto de ello. También admiten en el PP que Vox presiona para la negociación presupuestaria que ahora empieza y con vista a próximas elecciones.

El presidente está convencido de que Vox se avendrá a razones y seguirá uniendo sus escaños a los del bipartito en votaciones mollares. Cuenta con el principal pegamento de la alianza de los tres partidos de la derecha andaluza, la del cambio después de casi 37 años de gobiernos socialistas. También con que PSOE y Cs no suman para gobernar y con que Teresa Rodríguez, que controla la mayor parte del grupo Adelante Andalucía, nunca gobernaría con el PSOE y menos junto a los naranjas.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios