Antonio Maíllo, el pasado jueves en Málaga. Salvador Salas
Política andaluza

Antonio Maíllo: «Queremos intervenir en los gobiernos para mejorar la vida de la gente»

El candidato de Por Andalucía a la presidencia de la Junta asegura que Andalucía afronta una etapa crucial en la que se deberá elegir entre el debilitamiento o el fortalecimiento de los servicios públicos

Domingo, 7 de diciembre 2025, 00:20

Sin abandonar la coordinación federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo ha aceptado encabezar la candidatura a la presidencia de la Junta de la coalición Por ... Andalucía, de la que Podemos ha decidido desgajarse.

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-Usted es coordinador federal de Izquierda Unida y vuelve para ser candidato a las autonómicas por Por Andalucía. ¿Falta banquillo en Izquierda Unida?

-En absoluto. Esta decisión tiene que ver con que Andalucía es de primera y para mí no sólo es un avance, es el sitio donde siento que puedo ser más útil. Sin lugar a duda esta decisión quizás haya sido en mi experiencia política la más acertada. Creo que puedo aportar al debate andaluz y ayudar a que el espacio de la izquierda alternativa se fortalezca.

-¿Esta decisión tiene que ver también con la atomización del espacio de la izquierda por la decisión de Podemos de ir por separado?

-Surge de una convicción de muchas organizaciones políticas, colectivos sociales, gente que son generadores de opinión pública en Andalucía y de mí mismo también. Si yo soy más útil en Andalucía a la hora de establecer lo que es la unidad social en el campo de la izquierda, ya que parece que la electoral no se avecina como tal, pues vamos a aportarlo desde la unidad social con una candidatura de voluntad unitaria. Estoy convencido de que se abre un debate crucial donde la sociedad andaluza tiene que decidir qué carril va a adoptar, si el de mayor debilitamiento de los servicios públicos o el de su fortalecimiento.

-¿Qué opina de que al espacio al que usted representa se lo denomine a veces como extrema izquierda?

-Es una opinión con sesgo ideológico. La gente de derecha tiene que justificar su alianza con la extrema derecha denominando a otro de extrema izquierda, pero no tiene ningún sostén político. No le doy la mayor importancia. En este combate ideológico se pervierten las palabras y eso sí es un drama.

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-¿Si usted tuviese que explicar por qué no es extrema izquierda, cómo lo haría?

-Nosotros somos una izquierda con una voluntad transformadora de la sociedad. Evidentemente creemos que los grandes problemas son estructurales y por tanto exigen reformas estructurales. Somos una izquierda que tiene capacidad para hacer análisis, para caracterizar una situación y para dar soluciones frente a otras izquierdas que se sitúan más bien en zonas de confort, de crítica y ausencia de alternativas. Tenemos una definición muy clara, somos gente de izquierda que queremos intervenir en los gobiernos para transformar y mejorar la vida de la gente. Evidentemente nos diferenciamos de un Partido Socialista que nosotros estimamos que cuando llegan los momentos difíciles nunca da pasos contundentes en esas reformas estructurales. Y nos diferenciamos también de sectores izquierdistas que no se atreverán nunca a mojarse en los gobiernos porque no quieren asumir las contradicciones que se derivan de su participación en ellos.

«No estamos de acuerdo con la ordinalidad, pero Moreno Bonilla plantea un debate trampa»

-¿Cree que Pedro Sánchez ha radicalizado al PSOE?

-Nosotros tenemos con Pedro Sánchez coincidencias y tenemos profundas divergencias. Nos parece un error histórico el giro que dio en favor de Marruecos sobre el conflicto del Sáhara. Nosotros no vamos a dejar tirada a la población saharaui. Y tenemos otra diferencia que es que no se ha atrevido a acometer la gran reforma necesaria que tiene que hacerse los cuerpos de seguridad del Estado y en los servicios de información, que son casi un Estado paralelo. Y por otro lado tenemos a un Partido Socialista que cuando de la monarquía se trata, la blinda. Es evidente que a Pedro Sánchez no se le puede decir que es un radical de izquierdas porque cuando llega la política de Estado en sentido más genuino siempre está posicionado en la tradición bipartidista.

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-¿A nivel autonómico qué diferencias tiene con el PSOE?

-Las diferencias existen porque por algo somos partidos diferentes. Otra cosa es que estamos en una etapa política en la que se ha introducido un elemento que antes no había, que es la cultura de la coalición. Organizaciones diferentes, que piensan diferente, que tienen programas diferentes y por eso se presentan en procesos electorales de manera diferenciada y son capaces de llegar a un acuerdo de mínimo vinculado a la correlación de fuerza de cada uno.

-Una de las cuestiones que están sobre la mesa es el tema de la financiación autonómica. ¿Qué opina del principio de ordinalidad?

-Esto es importante porque el debate es complejo y la voz de Por Andalucía mucho no se está escuchando. Nosotros no estamos de acuerdo con el principio de ordinalidad, pero el debate de Moreno Bonilla es un debate trampa, porque él quiere centrarse en el principio de ordinalidad, pero no en el principio de condicionalidad. La financiación autonómica tiene que ver con la financiación de servicios. Se financia la sanidad, la educación, la dependencia, no se financian los territorios. Sobre ese principio tenemos un elemento, que es garantizar desde un criterio de suficiencia los niveles mínimos de servicio público. ¿Y dónde está el principio clave de esa garantía mínima de los servicios públicos, independientemente de donde se vive? En la condicionalidad. Es decir, que el aumento de ingresos derivados de un nuevo sistema de financiación no pueda servir para una bajada de ingresos fiscales propios, como está haciendo el Partido Popular en sus comunidades, donde aprovecha la lluvia de millones del Gobierno central para bajarle los impuestos a los ricos de sus territorios. Y esa es la trampa en la que Moreno Bonilla quiere hacernos caer.

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«La vivienda se tiene que atender como la sanidad o la educación, planificada por el Estado»

-¿Este principio de condicionalidad no sería una cortapisa frente a la autonomía que puede tener un gobierno autonómico para decidir su política fiscal?

-Pero es que si tú no tienes un compromiso político para aportar lo que tu capacidad fiscal permite, estamos hablando de un desequilibrio del Estado. La Administración del Estado tensiona en términos fiscales su ámbito de competencia para poder financiar a las comunidades autónomas y las comunidades autónomas aflojan su nivel de competencia fiscal por recepción de los fondos estatales. Evidentemente hay una competencia autonómica, pero tiene que haber un acuerdo político. Y en ese acuerdo político nosotros lo que no vamos a hacer es el imbécil de hacer aportaciones financieras para compensar los agujeros fiscales de unas comunidades como las del Partido Popular que le están perdonando los ricos la aportación fiscal que tienen que hacer. Los trabajadores y trabajadoras de nuestro país y de Andalucía son los que aportan al fisco. Y los ricos, cada vez más ricos, sin aportar al fisco lo que les corresponde.

-El argumento es que al bajar los impuestos la comunidad se vuelve más atractiva y por lo tanto hay más actividad y se recauda más.

-Eso es falso. ¿Sabe por qué? Porque en la Administración del Estado se está recaudando mucho más. Gracias a esa recaudación podemos hacer unos Presupuestos Generales de Estado para 2026 mucho más expansivo.

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-Me dice muy convencido que va a haber presupuestos en 2026.

-Va a haber debate de presupuestos. Después veremos si se aprueban o no. Pero creo que es muy importante que se presenten los presupuestos para demostrar lo que se puede hacer por este país y la derecha y quien se oponga impiden que se haga.

-Se acaba de aprobar una ley de vivienda en Andalucía. El criterio es que se soluciona el problema construyendo más y para eso hace falta más suelo disponible.

-Nosotros queremos primero aplicar la ley de vivienda central que establece topes de alquiler en zonas tensionadas y el problema es que el Partido Popular no quiere nombrar zonas tensionadas, por ejemplo al centro de Málaga o la zona del entorno del Albaicín en Granada.Tiene que haber un bloqueo de la creación de pisos turísticos porque son absolutamente incompatibles con el derecho a la vivienda. Hay que establecer una política fiscal que incentive a los propietarios de vivienda al contrato de carácter permanente y no vinculado al negocio de los pisos turísticos. Entonces, construir, claro que hay que construir viviendas, pero es falso dejar al libre mercado la vivienda. Si algo se constata en estos 48 años es que dejar la vivienda al libre mercado ha sido un fracaso absoluto. La vivienda se tiene que atender como la sanidad o la educación, planificada por el Estado

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- ¿Cómo ve la sanidad y en concreto la crisis de los cribados?

-La crisis de los cribados es la punta de iceberg de un problema estructural que surge y que viene de lejos, que es desde 2018. Si alguna verdad ha dicho Moreno Bonilla en este debate es que el problema de la sanidad no se resuelve en siete meses. Efectivamente. No hay meses suficientes para resolver un problema que tiene siete años de degradación planificada.

-¿Usted cree que el deterioro de la sanidad se remonta sólo a siete años?

-El deterioro de la sanidad empieza cuando Susana Díaz cae en la tentación de derivar a través del aumento de conciertos privados funciones que podía hacer la propia red. Pero la velocidad turbo en la degradación de la sanidad pública empieza en 2018 con un modelo que es del Partido Popular, en el que consideran que lo público no es eficiente, que lo que vale es lo privado, que hay que aumentar los conciertos y que ha generado que ahora mismo por primera vez, más de un millón de andaluces y andaluzas vayan a hacerse una prueba o una intervención menor en clínicas privadas. Por primera vez más de un millón de personas. En segundo lugar, han hecho compatible que jefaturas de servicios tengan gestión y competencia sobre la gestión de los centros hospitalarios públicos y al mismo tiempo se les permite estar en clínicas privadas. No han permitido que los médicos de MIR adelanten la incorporación como plantilla, como ocurre en otras comunidades. Hay un problema que no es sólo el escándalo de los cribados, que ha mezclado incompetencia con dejación, porque han abandonado la gestión directa tanto de llamadas como de seguimiento, y eso es lo que ha provocado la crisis.

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