Susana Díaz será investida mañana presidenta con el apoyo de Ciudadanos

Susana Díaz será elegida mañana presidenta de la Junta de Andalucía por el Parlamento por mayoría absoluta gracias a sus 47 diputados y a los nueve de Ciudadanos. El acuerdo de 74 medidas con el partido de Albert Rivera sellado ayer tarde pone fin al bloqueo a la investidura de la candidata socialista y a 80 días de gobierno en funciones desde las elecciones del pasado 22 de marzo.

Ciudadanos será el único partido de la oposición que apoyará la elección de Díaz. Podemos e Izquierda Unida se sumarán al voto en contra del PP, según sus líderes, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, expresaron tras reunirse con Susana Díaz.

En realidad ayer se confirmó que la ronda de conversaciones de la presidenta en funciones con estos y Juanma Moreno (PP) solo tenía la finalidad de intentar que se unieran al desbloqueo aunque fuera con solo la abstención.

El acuerdo para salvar la investidura estaba ya cerrado desde el momento en el que el pasado viernes Díaz tecleó el móvil para citar a Moreno, Rodríguez y Maíllo. El día antes había llamado a Juan Marín, el líder de Ciudadanos en Andalucía, una deferencia en la ronda de conversaciones que al filtrarse dio la pista del acercamiento.

Todo había sido pactado, incluso las declaraciones de Marín este fin de semana pasado advirtiendo ya que su grupo podría votar con el sí la investidura si el PSOE firmaba sus exigencias en un documento y rebajando las condiciones al depositar en Susana Díaz la decisión sobre la renuncia de Manuel Chaves.

Las exigencias sobre Chaves eran el principal escollo a salvar en una negociación que se retomó hace quince días, un día o dos después de las elecciones municipales del 24 de mayo. Como antes de esta fecha, los interlocutores fueron por la parte socialista Juan Cornejo y Mario Jiménez, secretario de Organización del PSOE andaluz y portavoz en el Parlamento. Los dos, sobre todo Jiménez, exhibieron ayer tarde una amplia sonrisa de satisfacción. Por parte de Ciudadanos, negociaron su coordinador territorial, Manuel Buzón, y el secretario general de la organización nacional, José Manuel Villegas. En el acuerdo también ha influido las buenas relaciones de Díaz con Albert Rivera, quien en una visita a Sevilla en la precampaña llegó incluso a piropear a la socialista andaluza en una conversación con periodistas.

Ciudadanos y PSOEya habían llegado a casi cerrar un acuerdo de investidura antes del 24M con un decálogo de iniciativas anticorrupción que iban a rubricar al día siguiente de la segunda votación del 6 de mayo. Lo previsto entonces es que Ciudadanos se abstuviese en la tercera votación del día 14, contando con que incluso Podemos podría hacer lo mismo. Con 16 abstenciones era suficiente. Podemos no cedió y Ciudadanos de forma repentina tampoco.

Giro de Cs

Rivera endureció las condiciones con la exigencia de que Chaves debía firmar su renuncia al escaño de diputado por escrito, algo que Susana Díaz no iba a aceptar, entre otras razones porque el expresidente tampoco lo haría. Bastante enfadado, llegó a calificar de «chantaje» que se le involucrara en la negociación, pese a lo cual admitió en el programa de Angels Barceló de la Ser que agotada la legislatura no se volvería a postular como candidato al Congreso. El suyo fue un gesto para desatascar la investidura, aunque no bastó. El PSOE interpretó el giro de Ciudadanos en tacticismo lógico por las elecciones municipales. Cortó las conversaciones y esperó paciente al resultado del 24M.

Lograr convencer a Cs de dejar fuera a Chaves no ha sido tan difícil como parecía antes de las municipales, quizás por la cercanía del pronunciamiento del Tribunal Supremo y la posibilidad no descartable de que se archive su imputación. PSOE y Ciudadanos pactaron incluso cómo escenificar ante la opinión pública esta aparente concesión del partido de Rivera a los socialistas andaluces.

Tenían previsto que Marín primero aflojara las condiciones, pidiendo a Díaz que firmara ella en lugar de Chaves su renuncia si era imputado. Díaz hablaría en Canal Sur Radio, como así hizo el lunes, reiterando lo que ya dijo muchas veces, que pedirá el acta de parlamentario a cualquier socialista imputado en un caso de corrupción. «Mi palabra es mi patrimonio», dijo. Marín acabó ayer de contar el arreglo final: Díaz pedirá por escrito a Chaves su renuncia si este es imputado. «La presidenta nos ha pedido que esperemos a la decisión del Tribunal Supremo y nos ha parecido razonable», aclaró el diputado gaditano.

Mandatos de ocho años

Díaz cumple con su mensaje de la campaña electoral, cuando vociferó en cada mitin que no pactaría ni con el PP ni con Podemos con el propósito de situar al primero en la derecha y al segundo en la izquierda radical y garantizarse el centro izquierda que otorga la mayoría social. A Ciudadanos le pasa igual. Por eso el de ambos es hoy una alianza de conveniencia. El partido de Rivera ahuyenta el fantasma de partido bisagra del PP, que ha pactado con este en Madrid y puede que en al menos cuatro capitales andaluzas. Ambos ganan centralidad.

Marín, no obstante, asume que corre riesgo de enfadar a parte de su electorado en Andalucía, proveniente de descontentos del PP que detestan al PSOE. «Hay que asumir riesgos y dar la cara», respondió. Ciudadanos intentará sacar pecho del respaldo a Díaz con el capítulo de medidas contra la corrupción y la regeneración democrática, aunque muchas de ellas ya fueron incluidas por Susana Díaz en su discurso de investidura, como que no haya imputados en las listas o en cargos públicos y abogar por listas abiertas y primarias para elegir incluso al presidente del Gobierno.

La novedad es la obligación a la limitación de mandato de los presidentes autonómicos. Con esta medida, Díaz se obliga a ser la primera presidenta andaluza a gobernar solo un tiempo aún por estipular, pero que se prevé que sean ocho años. Por lo pronto su reloj empieza a contar a partir del próximo domingo, cuando es previsible que tome posesión como presidenta de la décima legislatura.