El PSOE-A pide a Susana Díaz que siga como presidenta de la Junta de Andalucía

Tales frases, pronunciadas con gran vehemencia por el número dos de los socialistas andaluces, suscitó una gran controversia y se ha interpretado como un aviso o adelanto de que la decisión de Susana Díaz no será la de dar el paso para presentarse como candidata a la secretaría general del PSOE, sino permanecer en Andalucía. Díaz siempre dijo que Andalucía «es mi prioridad» y a esto se ha agarrado Cornejo cada vez que se le ha preguntado.

El número dos de los socialistas andaluces es un hombre de la absoluta confianza de la presidenta. No hablaría en tales términos sin el conocimiento y la aquiescencia de la dirigente andaluza. Lo que Cornejo transmite es una petición del PSOE andaluz para que Díaz siga como presidenta de la Junta. Varios dirigentes, entre ellos Alfredo Pérez Rubalcaba, han reconocido que ambas funciones son compatibles, si bien nadie se atreve a señalar por cuanto tiempo. El mismo Cornejo apuntó la pasada semana que lo «lógico» es que el futuro líder socialista quiera ser candidato a la Moncloa, lo que haría imposible que Susana Díaz permaneciera mucho tiempo como presidenta andaluza. Si Díaz da el paso, el PSOE se vería en la obligación de buscar un candidato a las autonómicas o un sustituto de Díaz en la presidencia andaluza, el tercero esta legislatura, el cuarto desde hace solo cinco años.

Ningún dirigente provincial se ha pronunciado sobre la posibilidad de que Díaz acceda a saltar a la política nacional, ni a favor ni en contra. No es extraño de que a partir de las declaraciones de Cornejo surjan más en ese sentido. Al recalcar que Andalucía va a ser «siempre» lo primero para Díaz, está en cierto modo mostrando la voluntad del PSOE regional de que así sea.

Díaz asumió la secretaría general de los socialistas andaluces el pasado noviembre con un respaldo casi unánime detrás, después de un proceso de cirugía reconstructiva en un partido roto y deshilachado tras la marcha de Manuel Chaves y el periodo inestable de José Antonio Griñán. Esa unidad se debe al entusiasmo que Díaz ha inoculado en sus bases para recuperar la masa social perdida desde 2008. Pese al silencio disciplinado, los dirigentes provinciales temen que con su marcha, la posibilidad de remontar se pierda y Andalucía deje de ser el único bastión que le queda al PSOE, en votos y en poder institucional.

Aunque se mantenga como presidenta durante un tiempo, desde el minuto uno en que inicie la carrera a Madrid, sufrirá la presión sobre quién puede ser su sustituto en el futuro. El PPe incluso Izquierda Unida no van a dejar escapar esta debilidad como arma arrojadiza ante los próximos comicios municipales, en los que el PSOE se juega recuperar la hegemonía. El portavoz del PP, Elías Bendodo, consideró ayer «absolutamente incompatible» los dos cargos y advirtió parte de las críticas que recibirá Díaz si se va. Dijo que si decide marcharse «es porque Andalucía le viene grande. Es incapaz de gestionar este reto que es Andalucía». También le acusó de «ambición desmedida».

El coordinador de IU, Antonio Maíllo, pese a ser socio de gobierno, no ha obviado una crítica sutil al exclamar que para IU Andalucía es «un primer plato que exige devoción y pasión».

Nadie en el PSOE cuenta cuándo anunciará Susana Díaz su decisión, aunque todas las fuentes señalan que lo hará antes del jueves o este día. No está claro que sea ella la que se pronuncie. «Estamos dando por hecho la obligación de tener que manifestarse cuando no es algo que ella haya solicitado, han sido otros referentes del partido los que lo han pedido», explicó Cornejo.