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Una imagen del encuentro del 'Té entre Mujeres'. SUR
Un té muy necesario a las once y media

Un té muy necesario a las once y media

Asociación Marroquí. Alrededor de 50 mujeres de diferentes nacionalidades se reúnen cada jueves de forma 'on line' para charlar durante una hora sobre sus inquietudes y problemas

claudia san martín

Domingo, 7 de junio 2020, 23:35

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Ana se prepara un té antes de las once y media para conectarse a una charla 'online' muy especial. Esta mujer de 44 años llegó como refugiada de El Salvador el 1 de enero de 2020, huyendo de una situación de inseguridad y amenazas de muerte que se volvía insostenible en su país. Aterrizó con su hijo de 17 años en Madrid y pronto se trasladó a Málaga para comenzar aquí una nueva vida. Ella es una de las protagonistas que cada jueves por la mañana se une a 'Té entre mujeres' que organiza la Asociación Marroquí Para la Integración de los Inmigrantes de forma 'online'.

Éste no es sólo un encuentro de desahogo, también de conexión, un espacio para poder expresarse libremente, para «ser tú misma», en definitiva. Así nos lo cuenta Andrea Vargas, dinamizadora intercultural de la Asociación Marroquí y coordinadora de estas charlas sanadoras. Una propuesta que comenzó de forma presencial a raíz de la idea de María Crecente, 'proyect manager' en la asociación, y tomó otro rumbo cuando se declaró el confinamiento obligatorio. Pronto el equipo de la Asociación Marroquí tuvo que adaptarse a la situación y a las pocas semanas se retomó esta charla con té en mano. Alrededor de 50 mujeres de 10 nacionalidades distintas se conectan cada jueves para «comunicarse desde el respeto y la diversidad», como apunta Vargas: «Esto se creó con la intención de crear una mesa de participación para prevenir la violencia de género. Comprábamos algo para desayunar y nos hacíamos un té y comenzamos a charlar sobre todo. Hacíamos dinámicas para tratar temas como género o igualdad», cuenta la conductora de este encuentro.

Cuando la pandemia llegó a nuestras vidas, 'Té entre mujeres' se volvió una cita indispensable que todas «esperaban cada semana». Vargas explica que en estas reuniones hay mujeres muy diversas con circunstancias «complicadas» y esta iniciativa supone para ellas una vía de desconexión, desahogo y una oportunidad para estrechar lazos. «Hemos hablado mucho de cómo nos sentíamos durante el confinamiento, cada una estaba en una situación muy distinta y compartíamos ideas para ir superándolo. Las charlas han tomado un rumbo muy distinto, mágico», cuenta Andrea Vargas.

La prueba de ello es el testimonio de Ana, que como contábamos al comienzo, se encuentra en situación de refugiada en Málaga acompañada de su hijo. Uno de los días de 'Té entre mujeres', Ana se atrevió a contar su historia ante el grupo, que acabó con los ojos llenos de lágrimas. Andrea Vargas relata sobre este momento que una de las compañeras sacó, de pronto, una nariz de payaso y todas las demás comenzaron también a disfrazarse con lo que tenían cerca: «Pasamos del llanto a la risa en cuestión de segundos», cuenta.

La Asociación Marroquí ha seguido atendiendo a las familias durante el confinamiento, llegando a alrededor de 200 niños

Esta diversidad lleva a que se establezcan vínculos jamás imaginados. Uno de los pegamentos que une a este grupo tan ecléctico es la voz de alivio de la cantante de flamenco Saray Vargas, que se une todas las mañanas de las charlas y las termina cantando un pedacito de alguna canción, momento que se espera siempre con emoción. Tanto es así que se propusieron realizar un tema que recogiese todos estos momentos; cada una seguía con una frase a 'Después de la cuarentena', lo que derivó en una canción que Saray Vargas cantó en uno de los encuentros y que esperan poder grabar de forma profesional cuando mejore la situación.

Lo cierto es que gracias a estos encuentros se han creado también sinergias; una de las mujeres de 'Té entre mujeres' se quedó sin trabajo a raíz de la pandemia y otra de ellas, también en el grupo, pudo ayudarla facilitándole un empleo cuidando a un anciano. «Nos hemos apoyado mucho y tenemos ganas de conocernos en persona porque la mayoría de las mujeres que entraron son nuevas o de otras ciudades», relata Andrea Vargas.

Siempre conectados

Además de esta iniciativa, el equipo de la Asociación Marroquí no ha dejado de trabajar en ningún momento para seguir dando respuesta a los problemas que se planteaban. Irene Quirantes, responsable de comunicación de la asociación, cuenta que han estado en contacto permanente con las familias y los centros educativos para facilitarles en muchos casos en los que la brecha digital era evidente, libros y recursos a los niños para que pudieran seguir con su ritmo escolar. «Algunas de las familias no sabían acceder a las plataformas educativas, también por la dificultad con el idioma», explica Quirantes, apuntando que se han atendido a alrededor de 30 familias, llegando a 200 pequeños.

Para el alivio de muchas familias, y aunque siguieron con las atenciones de forma telemática, este equipo ya ha vuelto a sus instalaciones en calle Jinetes número 5, donde atienden a sus usuarios mediante cita previa. «Estamos respetando, como se debe, todas las medidas de seguridad e higiene», explica la responsable de comunicación, añadiendo que cuando la situación se estabilice se retomarán las actividades presenciales, como 'Té entre mujeres'.

Trabajo presencial. La trabajadora social de la Asociación Marroquí ya ha comenzado a trabajar presencialmente.
Trabajo presencial. La trabajadora social de la Asociación Marroquí ya ha comenzado a trabajar presencialmente.

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