Grupos inversores árabes, suizos y españoles han mostrado su interés en levantar rascacielos en Marbella

La arquitectura vertical es una tendencia y quienes la defienden y promueven piensan que Marbella no puede escapar a un tipo de construcción que puede convertirse en un símbolo para ciudad. Altas torres de pisos caracterizadas por la calidad, el diseño innovador y la sostenibilidad, que ya tienen demanda tanto de promotores dispuestos a construirlas como de compradores. Grupos inversores españoles y también extranjeros han llamado ya a la puerta del Ayuntamiento marbellí para presentar sus planteamientos. Según pudo conocer este periódico, entre los promotores internacionales se encontrarían un grupo de capital árabe y otro suizo.

Consultada ayer sobre el asunto, la alcaldesa Ángeles Muñoz no quiso entrar en detalle aunque sí reconoció que han sido «varios» los inversores que hasta el momento se han dirigido al Consistorio a requerir información sobre la posibilidad de construir uno de estos edificios.

La dificultad para encontrar en Marbella actualmente terrenos que reúnan los requisitos para construir las villas de lujo por las que hasta ahora optaban los clientes de recursos que aterrizaban en la zona, unido a una creciente demanda de otro tipo de construcción: en altura, con mayor seguridad, mejores vistas e incluso con un precio más atractivo, son factores que hacen que la construcción vertical se esté imponiendo, defienden promotores consultados.

La demanda se impone, y el Ayuntamiento tiene previsto dar hoy en sesión plenaria el primer paso para que este tipo de construcciones edificios de hasta 150 metros de altura sobre el nivel del mar puedan ser una realidad a medio o largo plazo. Se plantea el cambio puntual de elementos del PGOUen áreas concretas de Guadaiza, El Realejo o la carretera de Istán para dar entrada en ellos a la figura del «edificio singular en altura de uso residencial». Son suelos con una cota de terreno de entre 0 y 50 metros sobre el nivel del mar. Se prevén edificaciones con un mínimo de altura de bajo más 20 plantas y un máximo de 150 metros (en caso de que el terreno tenga la cota de 50 metros, el edificio no podrá tener más de 100 metros).

El equipo de gobierno local defiende que apostará por este tipo de edificios a través de proyectos «muy controlados y limitados por el propio Ayuntamiento». Los promotores deberán cumplir una serie de requisitos como la cesión del 40% del suelo a la ciudad como zonas verdes o equipamiento. Además, el 10% de la edificabilidad tiene que ser utilizada en actividades económicas.

Con independencia de los cambios que se van a introducir en el PGOU, el planeamiento vigente ya recoge un área donde sería posible levantar este tipo de construcciones, en concreto la zona de La Ermita (y no La Serranía como se publicó ayer por error), aunque en este caso el inmueble se destinaría a oficinas.