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Vinos de Andalucía
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Vinos de Andalucía

Los fenicios fueron los primeros en cultivar la vid en las colonias que fundaron

Por Antonio Garrido, Alberto Gómez y Alejandro Díaz

Viernes, 22 de noviembre 2013, 14:48

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Escribir de los vinos andaluces es hacerlo de una realidad compleja que trasciende sus valores de calidad para convertirse en parte de la historia, una parte muy importante de esta región milenaria y de algunas de sus provincias, como Málaga, que fue de las primeras de Europa en la que se cultivó la vid. Hay quienes sostienen que fueron los fenicios los primeros que trajeron la vid a las colonias que fundaron, especialmente a Málaga, Almuñécar y Adra.

Un vino generoso como muchos de los nuestros es el que posee una graduación alcohólica entre los quince y los veintitrés grados, se obtiene aplicando una tecnología compleja que da un gran rendimiento en la calidad; de ahí, generoso. La variedad Pedro Ximén aparece con distinta grafía según las fuentes pero hay acuerdo en que procede de Alemania de donde la traería a principios del XIX un flamenco llamado Pedro, hijo de Simón, aunque hay autores que piensan que la variedad es de origen canario de donde pasó a Madeira y, de allí, a las riberas del Rhin. Otros consideran que llegó a España en el siglo XVI.

Los suelos andaluces son variados y propicios para la agricultura. El viñedo ocupa una extensión aproximada de más cuarenta mil hectáreas y se cultiva en todas sus provincias. Las criaderas y las soleras son los dos sistemas de crianza de vinos más tradicionales en Andalucía. Ambas técnicas comienzan a desarrollarse a lo largo del siglo XVIII y se utilizan sobre todo para la elaboración de vinos generosos de todas las denominaciones de origen de esta región en la que confluyen multitud de variedades climáticas que favorecen el cultivo de la vid, como el mediterráneo.

Condado de Huelva, Jerez-Sherry-Xérès. Málaga, Manzanilla de Sanlúcar, Montilla Moriles, Sierras de Málaga y Vino Naranja del Condado de Huelva son las denominaciones de origen que prevalecen en Andalucía. Cada una cuenta con sus particularidades y contemplan una oferta amplia y heterogénea de tipos de vinos, desde los tintos a los blancos, de diferente graduación y matices. Cada Consejo Regulador controla el cumplimiento de lo dispuesto en los respectivos reglamentos por parte de cada marca acogida a denominación.

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