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Anna Vives, con algunas de las letras que ha diseñado en su nuevo 'abecedario' para ordenador. :: Vicens Giménez
El esperanto de Anna
GENTE

El esperanto de Anna

Una joven con síndrome de Down crea una tipografía que se ha difundido por todo el mundo gracias a Lorenzo, Iniesta, Gasol...

ANTONIO CORBILLÓN

Lunes, 2 de septiembre 2013, 09:31

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Ha sido la primera persona con síndrome de Down en subir a un podio en un Gran Premio. El pasado 16 de junio Jorge Lorenzo compartió su triunfo en lo alto del cajón en la categoría reina de las motos con Anna Vives. El casco del piloto tenía una decoración inusual: su nombre, amuletos, manías y dibujos, todos ellos diseñados por Anna. Cuando Lorenzo cruzó la meta el primero, buscó a esta joven de 28 años y la alzó como si fuera la copa del campeón, rompiendo todos los protocolos del 'circo' de las dos ruedas. Su casco tuneado con el 'alfabeto Vives' fue subastado después en la plataforma eBay. Lo compró una chica italiana por 27.101 euros. La puja recibió la visita de más de 40.000 internautas. Algo parecido sucedió con las camisetas que el Barcelona lució en el Trofeo Joan Gamper. Anna se encargó de diseñar letras y números. La subasta de las prendas aportó otros 7.000 euros. También los 2.000 nadadores de 157 países que participaron el pasado mes de julio en el Mundial de Natación de Barcelona lucieron en algún momento la tipografía de Anna, elegida para la competición.

El dinero recaudado irá a los proyectos de integración social de la Fundación Itinerarium y de la campaña Sumando Capacidades en la que trabaja la joven. En concreto, a un proyecto para impulsar lugares de ocio que incluyan la presencia de personas discapacitadas, algo así como un sello de calidad para aquellas discotecas, pubs, bares, karaokes... que trabajen activamente por la integración plena entre personas con y sin discapacidad. Porque... ¿cuántos jóvenes discapacitados podemos ver en un pub tomando algo? Más bien pocos.

Anna se subió a su particular podio de superación hace cosa de año y medio. Por aquella época tenía un trabajo en el supermercado de una gran superficie en el que se sentía fuera de juego. «No estaba a gusto y ni siquiera me pusieron apoyo para una buena integración laboral», recuerda Anna, a la que ayuda a explicarse su hermano Marc. Ambos son hijos de Narcís Vives, un referente en España en el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, en lo que lleva trabajando veinte años. Y qué mejor que aplicar todos esos conocimientos en su propia hija y convertirla en punta de lanza de uno de sus proyectos en la Fundación Itinerarium que él mismo creó.

El resultado es que Anna, que ni siquiera sabía escribir en un ordenador, no solo es capaz de contestar correos electrónicos, sino que tiene su propia web y a su cuenta de Twitter (@annetavives) se asoman más de 3.600 seguidores, entre los que no faltan caras muy conocidas.

Letras recortadas

Desde niña ya parecía destinada a las letras. «Siempre le encantaron los productos de papelería. Para los Reyes nosotros pedíamos ropa y ella, hojas para escribir, pintar y dejar notas de las cosas que le preocupaban o quería», explica Marc Vives, que suele ser la voz de su hermana dadas las dificultades de ella para expresarse. Solo necesitaba un empujón y, como apunta su padre, Narcís, «impulsar esa capacidad que todos tenemo y para lo que solo hay que buscar las herramientas».

Anna acumulaba cuadernos y más cuadernos con letras recortadas y pegadas, parecidas a esas que se usan en los mensajes anónimos de las películas de secuestros. Desde septiembre de 2011 empezó a trabajar con un equipo de diseñadores. Un año después la tipografía 'anna (beta)' se expande por el mundo digital y real como un ejemplo de lo que se puede hacer cuando uno quiere superarse. Se trata de un lenguaje adaptable para escribir en cualquier procesador de textos que refleja con fidelidad la personalidad de su autora, con mezcla indistinta de mayúsculas y minúsculas. Desde el otoño de 2012, los habituales listados de cuerpos de letra distribuidos por orden alfabético en cualquier procesador, los clásicos 'arial', 'times roman' o 'american typewriter', conviven con 'anna beta'. El diseñador que más tiempo pasó con ella interpretando sus rasgos y adaptándolos, Julen Iztueta, insiste en que ella «es una persona muy constante y tiene muy buena memoria. Nos recuerda a los demás cosas que a veces se nos escapan». De hecho, sigue dedicando cinco horas diarias a escribir y dibujar (le encanta pintar castillos y nubes) para ampliar la oferta de diseños del amplio 'merchandising' creado en su entorno.

Un buen uso de las redes como trampolín para las causas sociales ha hecho el resto. Los trazos de esta entusiasta barcelonesa se han convertido en una referencia mundial, algo en lo que ha colaborado su descarga gratuita, compatible con cualquier sistema, en la línea del 'software' gratuito Linux. Y que han completado embajadores como el propio Lorenzo o Andrés Iniesta, que han logrado que su campaña Sumando Capacidades, no deje de extenderse por los cinco continentes.

Anna Vives admite ser «una fan muy fan del Barça» y, en especial de Iniesta, «porque es una buena persona». Un buen chico que no dudó en utilizar el 'alfabeto Vives' para estampar su nombre en su camiseta con el número 8. Pau Gasol o Mireia Belmonte son otros nombres que se han añadido a su proyecto. Una capacidad de presencia social que dejó a Anna Vives a las puertas de ser elegida Catalana del Año, premio en el que solo le adelantó el oncólogo infantil Josep Sánchez de Toledo.

Pero además hay establecimientos y empresas, algunas tan potentes como Microsoft, que estudian introducir la tipografía de Anna como antes hizo el Barça en el trofeo Joan Gamper.

Sumar capacidades

En apenas tres años de vida, la Fundación Itinerarium se ha convertido en un ejemplo de integración de discapacitados. Narcís Vives aplica a fondo el método Ashoka, una escuela de promoción de emprendedores sociales creada hace 30 años en Estados Unidos y que funciona ya en 70 países. El éxito radica en ir uniendo todas sus ideas bajo una 'telaraña' de fundaciones que operan en campos parecidos. Como Aura, que empezó a trabajar hace 25 años en la inserción laboral de discapacitados. Su directora, Gloria Canals, insiste en que «no medimos la capacidad de las personas sino su deseo de trabajar». Para ello realizan una labor de tutela del beneficiario, al que se acompaña en su lucha por conquistar su independencia, «retirándonos de su entorno de forma progresiva».

En este camino resulta imprescindible el compromiso de la sociedad civil, «empezando por el apoyo de las familias», concluye Canals. El hashtag #lletraanna pretende ser el punto de reunión en la red de los ejemplos de utilización del 'abecedario Vives'. «Intentaremos ir adaptándolo para hacerlo llegar tan lejos como sea posible. Ahora bien, solo llegaremos en equipo. Solo en red. Sumando capacidades», remata Narcís Vives. Casos como el de su hija, o el de Ángela Bachiller, la concejala de Valladolid, o Pablo Pineda, el primer licenciado con síndrome de Down, son un modelo.

Los fondos que recauda la 'marca Anna' están ahora volcados en el proyecto Box 21, un almacén de 21 aplicaciones informáticas gratuitas y descargables en todo tipo de móviles que pretende extender y complementar las capacidades de personas afectadas de síndrome de Down, X Frágil, ciegos, sordos o con movilidad reducida. Si España lucha por ser una 'marca' fiable, podría aprender mucho de Anna y su equipo, presentes ya en sudaderas, campañas contra la violencia doméstica, libretas, agendas y hasta botellines de agua.

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