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Eva Morales defiende un modelo de vivienda participativo.::SUR
Eva Morales: «¿Por qué un tendedero va a ser algo feo?»
Sociedad

Eva Morales: «¿Por qué un tendedero va a ser algo feo?»

La arquitecta habla sobre su particular visión de la construcción de viviendas

ANA BARREALES

Jueves, 29 de agosto 2013, 19:59

No es una arquitecta al uso. Cree firmemente en que los habitantes deben participar en la construcción de las viviendas e incluso de las ciudades y que hay que recuperar lo socialmente sostenible para acercarse de nuevo a las necesidades de la gente. Plantea conceptos como el mapa de la ciudad del miedo -espacios urbanos infrautilizados por temor a una agresión o por falta de seguridad-. Cuestiones a las que arquitectónicamente se pueden dar soluciones. Y esto es compatible con lo artístico y con lo bello.

-Hace unos años le mirarían con cara rara cuando hablaba de otra forma de hacer arquitectura, de cambiar el sistema de valores y de potenciar lo socialmente sostenible.

-Recuerdo que en un congreso en Zaragoza me presentaron como «la rebelde» (risas). Yo no renuncio a construir, ni a ser arquitecta, pero creo que es necesario reformular algunos conceptos. Me sorprendió que, con la que estaba cayendo, no saliera el debate de que hay otra forma de hacer las cosas

-A sus tesis profesionales les ha venido bien la crisis

-Ahora todo el mundo habla de participación, pero hacen falta herramientas, que la propia ciudadanía aprenda cómo hacerlo y que la administración sea sensible a eso. Es un buen momento para incorporar lo social y lo medioambiental. Hablo de cierta sensatez medioambiental, de que se pueden introducir nuevas tecnologías, pero también de reaprender ciertas formas de hacer como en el pasado. En cierta manera, hay una fiebre high tech, como si el medio ambiente se solucionara teniendo un coche ecológico. A lo mejor hay que ir en bici o andando. Igual que en la ciudad no se trata de construir un barrio ecológico, sino de transformar y reciclar los espacios existente para que sean adecuados a las necesidades sociales y a las ambientales. Me interesan mucho los espacios en desuso, infrautilizados. En España hay 4 millones de viviendas vacías, cuando hay tanta gente que se está quedando en la calle. Los arquitectos tenemos mucho que aportar ahí .

-Alguna vez ha dicho que los arquitectos se han formado con el convencimiento de saber lo que la gente necesita, pero que luego se han alejado de la realidad.

-Hay cierta prepotencia o incapacidad, que ha cortado el hilo de comunicación entre el usuario y nosotros. Yo no renuncio a la parte artística que tiene la arquitectura, pero eso no quita para que obvies a la gente que va a vivir allí. Se pueden integrarlas dos cosas

-Eso explica se hagan pisos, por ejemplo, sin tendedero .

-Se puede hacer una arquitectura bella incorporando esas cuestiones domésticas. ¿Por qué un tendedero va a ser algo feo? Son espacios que tradicionalmente han estado ahí, luego la vivienda ha ido a unos mínimos en detrimento de esos espacios de uso social y de lo doméstico, en perjuicio de los ciudadanos. Además, son normativas de los 70, como si el modelo de familia o la forma de vida fuera ahora el mismo que el de los 70.

--¿Pasa lo mismo con las ciudades, que no están pensadas para sus habitantes?

-La ciudad debería estar pensada como un espacio más seguro y accesible para los niños, los ancianos y las mujeres. Pero hay un predominio de las actividades productivas frente a las reproductivas y del coche frente al peatón. En la medida en que las ciudades estén más adaptadas a los distintos tipos de población serán más humanas.

-Cuénteme eso del mapa de la ciudad del miedo

-Se pueden identificar zonas que son vulnerables para las mujeres, los niños y para gente de cierta edad. El espacio público debería ser igualitario para todos, pero no es así. El hecho de representarlo en los mapas de la ciudad del miedo nos hace tomar conciencia de ello.

--Con todas estas teorías ¿Cómo es su casa? ¿No será un piso tipo?

-Está una zona con vida de barrio que se llama El Retiro Obrero, cerca del centro de Sevilla. Es una casa con flexibilidad espacial, algo importante. Tiene dos accesos, para tener una parte alquilada o cedida. Cuando tenga hijos cambiará. Yo creo que los padres hipotecan mucho su vida por los hijos. Se podrían compartir o colectivizar una serie de tareas. No se trata de vivir en una comuna, sino de lograr cierta sensatez. Y para eso también está la arquitectura. En un edificio de viviendas se puede dejar una zona de juegos para los niños que sea segura. Hay muchas experiencias cooperativas de este tipo en Latinoamérica y en el norte de Europa.

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