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Paco Bernal, Antonio Meliveo, Cuca Escribano y Eduardo Velasco, en la Cochera Cabaret. ::SALVADOR SALAS
Jesús en 2013: nueva vuelta de tuerca
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Jesús en 2013: nueva vuelta de tuerca

El espectáculo, que Eduardo Velasco protagoniza y escribe junto a Paco Bernal, inaugura la temporada del Echegaray

REGINA SOTORRÍO

Martes, 27 de agosto 2013, 15:09

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Solo son cuatro personas alrededor de una mesa, cuatro nombres del teatro implicados al cien por cien en este proyecto -tanto que han capitalizado su sueldo para que salga adelante-, pero también entre ellos hay debate. Para uno es un «guía espiritual», para otro el «mejor 'merchandising' de la historia de la Humanidad» y para aquel el portador de un mensaje de transformación que se quedó en «resignación». La figura de Jesús no deja indiferente a nadie. Como tampoco lo hará 'El profeta loco'. El estreno de este «auto sacrílego en un solo acto o monólogo tragicómico» abre la temporada del Teatro Echegaray el 12 de septiembre. Estos días toma forma en maratonianas jornadas de ensayo en la Cochera Cabaret.

'El profeta loco' parte de un supuesto: «Si Jesús bajase de la cruz dos mil años después y viese lo que ha pasado con la humanidad, lo que han hecho de su Iglesia y de su figura... ¿qué pasaría?, ¿qué diría?». Ese Jesús, agotado tras cientos de años crucificado, hablará con desparpajo pero con cierto desencanto de su vida, de la fe, de la empresa, de aquellos que lo cuestionan y, sobre todo, del mundo actual. «Tratamos de humanizar su figura. Era un ser humano y tenía necesidades, como todos», señala Eduardo Velasco, actor de cine, teatro y televisión ('El Internado', 'Bandolera', 'La mula' y 'Los niños salvajes', entre muchos otros trabajos) que experimentará la «extraña sensación» de ser crucificado. Velasco se subirá a una cruz que mide 3,5 metros y que se alzará imponente sobre el escenario como recurso escenográfico central.

De él partió la idea de poner en escena una reflexión sobre este personaje histórico con su compañía Avanti Teatro, fiel a un arte «de compromiso social, ideológico y político». Se lo comentó a otro hombre de las tablas de Málaga, Paco Bernal. Le gustó y se pusieron mano a mano con el argumento, un texto cuidado al detalle, con el que han «peleado» durante meses y al que admiten haber dado «muchas vueltas». «No es dogmático ni panfletario. Ofrecemos nuestro humilde punto de vista. Y hasta nosotros tenemos dudas», reconoce Bernal.

Necesitaban un espacio sonoro que diera fuerza a la historia. Y se sumó al proyecto Antonio Meliveo (dos veces nominado al Goya), «ateo aunque católico cultural» -«como todos», apostilla- que aplicará técnicas de música de cine al teatro. «Eso me permite darle profundidad y sentimiento a lo que se dice y mientras se dice», explica el compositor.

Ya solo faltaba quien se hiciera cargo de la dirección. Y no tardaron en convencer a la actriz Cuca Escribano (que se ha puesto a las órdenes de Antonio Banderas, Jaime de Armiñán, Gerardo Herrero o Benito Zambrano, entre otros) y al director Julio Fraga, con decenas de título en su currículum. «Somos gente de teatro y nos gusta el espectáculo. Al margen de una reflexión, el público también va a ver algo bien envuelto», apunta Escribano, que añade que a través de esa figura universal se contará «la historia del hombre y de lo que está pasando hoy». Definirlo como monólogo -aunque solo haya un actor físicamente en el escenario- se queda corto, aseguran.

Sonrisa amarga

La obra se presta a la «sonrisa amarga», salta del humor al drama, con partes muy emotivas. Y plantea, según Bernal, tres reflexiones: sobre «el valor de la herencia» del personaje, sobre la soledad del hombre y sobre la convivencia en un mismo individuo del carácter humano y divino. El espectáculo «salva» a Jesús, le «indulta», pero «cuestiona» y «se enfrenta» a sus supuestos representantes y a quienes transformaron su mensaje. Son conscientes de que puede no gustar a todos, pero no les preocupa. «Porque lo hacemos desde una profunda reflexión humana, no se trata de ridiculizar a nadie», señala Escribano.

Tenían algo que contar y se han buscado las maneras de hacerlo. «La inversión en la producción es el trabajo de todos. Se ha acabado el tiempo de los egos y empieza el tiempo de las ideas», sentencia Velasco, que prepara para enero otra obra de Avanti Teatro con esta misma fórmula: «aglutinar el talento en torno a una propuesta interesante», explica Escribano. Las ganancias, si todo sale bien, vendrán después. Porque «para romper el colapso que vive nuestro sector, o te quedas en casa o te lanzas», añade Bernal. 'El profeta loco' es un «grito» para demostrar que quedan cosas por contar y por hacer. «Estamos crucificados, sí, pero seguimos vivos», defiende Velasco.

Su crucifixión es, además, algo más que metafórica. Necesita tomar contacto con la madera -que ha fabricado Pepe del Pino- y por eso, antes del estreno del Echegaray, Velasco instalará la cruz en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Durante ocho horas, cumplirá una jornada laboral en la piel de Jesús mientras escucha en un transistor las noticias del día: «crisis y más crisis». «Necesito enfrentarme al público y recibir cómo sientan al personaje», asegura. Le encontrarán el 6 de septiembre en el CAC.

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