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Doñana
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Doñana

Con más de 50.000 hectáreas, representa la reserva ecológica más importante de Europa

Antonio Garrido, Alberto Gómez y Alejandro Díaz

Miércoles, 31 de julio 2013, 12:57

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Cuentan las crónicas que el séptimo duque de Medina-Sidonia, Don Alfonso Pérez de Guzmán, ordenó construir a finales del siglo XVI un palacio en las marismas del río Guadalquivir para su esposa, Doña Ana Gómez de Mendoza y Silva. Aquellas tierras comenzaron entonces a ser conocidas como el bosque de doña Ana. Así surgió el nombre de Doñana para denominar lo que actualmente se revela como la reserva ecológica más importante de Europa gracias a la conservación de su entorno, en el que destacan las aves acuáticas que acoge durante los inviernos.

Ubicado en el suroeste de la península Ibérica, su superficie de más de 50.000 hectáreas se extiende por las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. En ella se pueden observar más de 300 especies diferentes de aves migratorias al año, que pasan por sus humedales y sus zonas boscosas. De ellas, cerca de la mitad se reproducen habitualmente en el parque.

Es su biodiversidad la que pone en relieve el valor de esta extensión protegida bajo la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1994, y dividida entre el Parque Nacional de Doñana y el Parque Natural de Doñana. En ellos se pueden hallar una veintena de especies de peces, otra de reptiles, 37 de mamíferos, entre los que destacan el lince ibérico, el ciervo, el gamo o el jabalí, y más de una decena de anfibios distintos. Además, el parque se erige como uno de los últimos bastiones donde aún quedan ejemplares en serio riesgo de extinción, como el lince ibérico o como el águila imperial.

En Doñana conviven divergentes ecosistemas. El de los montes o cotos, localizados en la zona oeste, es el más estable. Cubierto de matorral, da cobijo al águila imperial, al ciervo y al jabalí. La vera, por su parte, se ubica entre los cotos y las marismas, está cubierta de hierbas que conforman un excelente pasto para especies como el conejo o el gamo. Su gran extensión de humedales conforman otra parte significativa de sus diversos ecosistemas: Doñana acoge cada año a 200.000 aves acuáticas de paso. Por último, las dunas vivas son otro de los grandes atractivos naturales del parque. Avanzan hasta seis metros por año y entre ellas afloran numerosas lagunas.

La lucha por la conservación del lince ibérico

Tanto el águila imperial ibérica como el lince ibérico son dos especies en peligro de extinción. El caso de este último es crítico, la población descendió desde los 5.000 ejemplares contabilizados en la década de los sesenta a los 150 del año 2005, cuando el equipo dirigido por la científica Astrid Vargas logró el nacimiento en cautividad del primer ejemplar de esta especie. Ya en el año 2002 , Andalucía fue pionera en firmar el Pacto Andaluz por el Lince para tratar de impedir la extinción del felino. Dicho acuerdo se amplió posteriormente al Gobierno de España, de Portugal y de distintas comunidades autónomas como Castilla-La Mancha y Extremadura, además de la andaluza. Actualmente, su población, todavía seriamente amenazada, ha aumentado hasta los 300 linces en varios puntos repartidos por la Península. Uno de ellos es elcentro de cría de El Acebuche, situado dentro del Parque Nacional de Doñana, con capacidad para once ejemplares y en el que han nacido más de una veintena de ejemplares. Gracias a estos espacios de cría en cautividad, se ha conseguido asegurar la conservación de la especie en el corto plazo y son una esperanza de cara al futuro.

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