Denuncian la ampliación de las caballerizas que se debían haber trasladado hace más de ocho años

El presidente de la asociación de vecinos de Teatinos, Miguel Ángel Millán, asegura que el alcalde se comprometió a llevárselas a otra zona de la capital antes de las elecciones de 2004, pero que hasta el momento no han solucionado nada. «Ahora dicen que se debe a problemas económicos, pero nosotros estamos cansados de sufrir problemas año tras año», denuncia.

Recuerda que, pese a este compromiso, las instalaciones han sido ampliadas en dos ocasiones: en octubre del año pasado y este mes de marzo. Por ello se pregunta sobre la voluntad del Ayuntamiento por solventar el problema. «No podemos aceptar que se autoricen trabajos que van en contra de lo que se nos ha prometido», sostiene. Así confiesa que se están planteando volver a reunir firmas para «que la historia no se olvide».

Explica que los principales inconvenientes se suceden durante los meses de verano, cuando deben soportar la presencia de moscas, malos olores por culpa del estiércol e incluso la presencia de caballos sueltos por la calle. «A principios de junio un motorista resultó gravemente herido al ser embestido por un caballo, no podemos vivir con este problema más tiempo», sentencia.

Problema endémico

Evaristo Ortigosa, presidente de la comunidad de vecinos Urbis Teatinos fase II, que se encuentra justo delante de las caballerizas, lamenta que se trata de un problema endémico de la barriada hasta el punto de que durante los meses de verano no pueden abrir las ventanas. «No podemos comer en las terrazas porque nos comen las moscas», sentencia. A su juicio, unas instalaciones de este tipo no pueden seguir junto a las viviendas porque se trata de un problema higiénico. Considera que cuando la feria estaba en esa zona se podía entender, pero que ahora «es un perjuicio para todo el mundo».

Ortigosa asegura que en más de una ocasión han contactado con el Defensor del Pueblo para pedirle ayuda. «Hacemos todo lo que está en nuestra mano. A nosotros no nos estorban los caballos, sino todo lo que se genera a su alrededor».

Y es que estas cuadras, donde descansan los caballos que pasean a los turistas por el Centro, «también están abiertas durante los fines de semana, ya que los cocheros tienen sus caballos particulares y hacen comidas y todo tipo de celebraciones», denuncia. Para estos vecinos, la única solución posible sería trasladar las caballerizas «cueste lo que cueste».