Isabel Cintado, Ricardo Bocanegra y Ángeles Muñoz con las 'niñas del esparto'. Josele-Lanza
Marbella

La fábrica de esparto que llevó a sus 'niñas' al mercado laboral

Estas mujeres fueron pioneras en cuanto al trabajo de las féminas fuera del hogar y de las tareas familiares en Marbella.

ÁLVARO FRÍAS

Lunes, 11 de marzo 2013, 09:41

La fábrica de esparto es bien conocida en Marbella. No por su actividad, sino por sus 'niñas'. Así se conocían a las jóvenes mujeres que, ... a principios de los años 50, se convirtieron en pioneras. Ellas fueron las primeras féminas que comenzaron a trabajar en la localidad fuera de sus hogares y de las tareas familiares.

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Coincidiendo con el Día de la Mujer, ayer se les rindió homenaje en el Hospital Real de la Misericordia. El acto estuvo presidido por la alcaldesa Ángeles Muñoz, junto a la que se encontraba el abogado Ricardo Bocanegra. Él es sobrino del fundador de la fábrica, monseñor Rodrigo Bocanegra, y aprovechó para recordar su labor al frente del enclave, en la que trabajaron las jóvenes pioneras.

Bocanegra contó como surgió la idea de poner en marcha la iniciativa. Explicó que su tío pensaba que, para atraer a la gente a la iglesia, primero había que ayudarles a solucionar los temas materiales.

Rodrigo Bocanegra se enteró de que en Guadix un obispo había impulsado una fábrica de esparto que estaba dando trabajo a muchas personas, por lo que decidió aplicar la misma idea en Marbella. Buscó un sitio: la iglesia del Santo Cristo. Ésta llevaba mucho tiempo en desuso y estaba en un estado casi ruinoso. Se comprometió a arreglar el templo, pero antes lo usó como fábrica para tratar el esparto.

Seis apisonadoras

Allí no podían verse las banquetas para orar, pero sí seis grandes apisonadoras. Bocanegra expuso que estas máquinas hacían un ruido ensordecedor, mientras aplastaban el esparto y lo dejaban hecho una seda para la artesanía.

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Tras ello, llegaba el turno de las 'niñas'. Sus manos comenzaban a trenzar y jugar con el esparto, para hacer hasta 200 artículos diferentes de este material. Bolsos, burros, sombreros, lámparas o alfombras son algunos de ellos, manifestó Bocanegra.

Trabajaban en un ambiente alegre y relajado. Tenía que serlo, ya que estas mujeres pasaban muchas horas en la fábrica, explicó el sobrino del fundador, quien recordó una excursión que hizo con las 'niñas' hace muchos años a Sabinillas: «Estando en la playa, aparecieron mi tío y Juan de la Rosa, entonces director general de la Caja de Ahorros de Ronda, y, al verlos, todas salieron corriendo y se metieron en el agua. Supongo que sería porque les daba vergüenza de que don Rodrigo las viera en bañador».

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Ahora sus manos están algo más viejas que entonces. Pero son historia viva de Marbella. Un testimonio, que, en el recuerdo de caricias al esparto, perdurará para siempre. Estas 'niñas' son las pioneras de la llegada de la mujer al mercado laboral. Al menos, en la localidad costasoleña.

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