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PAULA ROSAS
Viernes, 20 de noviembre 2009, 03:33
Q UIEREN hablar español porque es la lengua de sus artistas favoritos, de sus futbolistas, de la música que escuchan. Pero, sobre todo, los marroquíes quieren aprender español porque les ofrece más oportunidades de trabajo. El castellano es una lengua al alza en casi todos los países del mundo, pero especialmente en Marruecos, donde el Instituto Cervantes cuenta ya con seis centros y tres subsedes.
Ayer, los Príncipes de Asturias inauguraron las nuevas instalaciones del Instituto Cervantes de Rabat, uno de los centros más antiguos de la red, que funciona desde 1992, pero que ha tenido que ser ampliado por la gran demanda que tienen en la capital marroquí las clases de español.
En Marruecos hay más de 60.000 estudiantes de español, aunque el número de personas que dominan el castellano se cuenta por cientos de miles. Muchos de los padres y abuelos de los alumnos que hoy se sientan en las aulas de los Institutos Cervantes, o de los once centros dependientes del Ministerio de Educación, crecieron en español.
Ese interés por el castellano, entonces impuesto y hoy libre y entusiasta, ha convertido a Marruecos en el segundo país del mundo con mayor número de centros del Instituto después de Brasil. «La Historia está cargada de argumentos que nos animan a construir solidaria e inteligentemente un futuro de amistad y cooperación crecientes», señaló ayer el príncipe Felipe, que mencionó a lucha contra el terrorismo y la inmigración como los dos grandes retos de la cooperación hispano-marroquí.
«El conocimiento de la lengua y la cultura acerca a los países y rompe estereotipos», aseguró Carmen Caffarel, directora general del Instituto Cervantes.
El tirón del flamenco
España es uno de los países más activos culturalmente en Marruecos, aunque el flamenco sigue siendo la gran estrella. «Muchos de los alumnos llegan al español porque tienen interés por la cultura española, y también, no se puede negar, por el flamenco, que es una de nuestras raíces comunes», explicó Rosa León, directora del Instituto Cervantes de Casablanca, donde estudian 6.000 alumnos.
En la inauguración los Príncipes estuvieron acompañados por el príncipe Mulay Rachid, hermano del monarca Mohamed VI, por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y por su homólogo marroquí, Taieb Fasi Fihri.
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