Los primeros por Derecho

El 11 de enero de 1979 comenzaban las clases en la Facultad de Derecho de Málaga. Iniciaba su andadura unos meses más tarde que el resto de las carreras y de prestado en el aula magna de Medicina. Los más de 600 alumnos matriculados en aquel primer curso asistían con ilusión a las clases impartidas por cuatro juristas venidos expresamente de Granada, Madrid y Sevilla. Eran tiempos convulsos, difíciles, pero también apasionantes. Veinticinco años después cerca de un centenar de los 161 licenciados de aquella primera promoción de Derecho se han reunido para conmemorar este aniversario.

«La edad media de los alumnos era de 46 años y la de los profesores, 37», recuerda el abogado Antonio Checa, uno de los promotores del encuentro. Esta diferencia de edad fue consecuencia del tapón histórico que había sufrido Málaga, donde no hubo posibilidad de cursar estudios universitarios de Derecho hasta entonces: «Era una oportunidad también para los que ya teníamos trabajo de maestros, de funcionarios, de graduados sociales y hasta de policías, que decidimos matricularnos», explica José Gutiérrez, maestro, jurista y actual director del Centro Integral de Ocio de Mijas.

Los alumnos de aquella primera promoción pudieron seguir las clases magistrales de Derecho Penal impartidas por Luis Portero, el fiscal que años más tarde fue asesinado por ETA; o los catedráticos Manuel Pérez, Antonio Ortega Carrillo de Albornoz, José Lorca Navarrete y Juan José Ruiz-Rico, aquellos cuatro profesores que se desplazaban un día a la semana cada uno a Málaga para dar clases en la recién nacida facultad. «Sin ellos no hubiera sido posible que se iniciara la carrera ni estaríamos celebrando hoy su 25 aniversario», recuerda Antonio Pérez de la Cruz, primer decano y rector de la Universidad de Málaga.

«Aquella promoción fue heroica por lo mucho que aportó a la Facultad de Derecho. Se vivía en comunidad, con mucho compañerismo. La Universidad de Málaga les debe mucho», evoca José María Martín Delgado, ex decano y ex rector, quien bromea con el calificativo de 'pandemia de copistas' para referirse a la marea estudiantil que inundó de El Palo cuando la Facultad de Derecho fue trasladada a esta barriada. «El Palo cambió de perfil; sus calles y sus bares se llenaron de estudiantes».

Aquel ambiente es rememorado por Víctor Ramos, un antiguo alumno: «Allí teníamos la facultad junto al mar y más dentro de La Campana, desde la que el día del golpe de Estado vimos salir a la Guardia Civil. Nos llamaban la promoción de la Peña de El Palo».

De los licenciados de aquella primera promoción, la mayoría se ha dedicado al ejercicio de la abogacía, como los letrados Diego Martín Reyes, Antonio Checa y Enrique Sierra, pero también de ella salieron magistrados como Aurelio Madroñal, fiscales como Fernando Bentabol e incluso políticos como Francisco Fernández España, además de notarios, registradores de la propiedad, entre otros.