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Su especialidad son los muebles. / ANTONIO SALAS
MÁLAGA

«Cada vez recibimos menos donaciones»

Son la cruz del negocio. Las organizaciones benéficas que obtienen sus fondos de los rastrillos no pasan por su mejor momento

I. L. M.

Sábado, 25 de abril 2009, 04:35

Corren malos tiempos para la solidaridad. Betel y Remar son centros de rehabilitación de adicciones que obtienen parte de sus fondos vendiendo en sus locales muebles, ropa y otros objetos que la gente les dona desinteresadamente. O les donaba, porque cada vez reciben menos cosas para poner a la venta.

Francisco Ferrer es uno de los responsables del rastrillo que Remar tiene en el camino de San Rafael, 45, y reconoce que la entrada de género ha bajado. «Ya no se dona tanto, la gente primero lo intenta vender. Cuesta concienciar de que están ayudando a una ONG, esto es una obra social», explica.

Su especialidad son los muebles, los artículos de hogar y de decoración y la ropa usada. Allí se pueden encontrar verdaderas gangas, como un sofá por 50 euros o muebles antiguos, casi de coleccionista.

Entre su clientela destacan las familias que alquilan pisos y que aspiran a amueblarlos por poco dinero, aunque destaca un perfil muy específico: «Compran muchos marroquíes para llevárselo a Marruecos. Es nuestro cliente estrella, la caja muchos días la hacen ellos».

Ya no se tira

José Antonio Justicia, que trabaja en el centro, tiene su propia teoría: «La gente vuelve a arreglar las cosas, le dan una manita de pintura. Ya no se tira tan alegremente».

Coinciden con Yolanda Milán, encargada del centro que Betel tiene en la avenida de Barcelona, y que tiene el mismo modelo de negocio. A su juicio, las contribuciones, en forma de muebles, ropas y demás artículos, han bajado drásticamente.

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