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EL MIRADOR

La crisis ninja

TEODORO LEÓN GROSS

Miércoles, 17 de septiembre 2008, 04:22

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AYER la prensa exploraba el campo semántico de los desastres para describir el paisaje de la Economía después de la batalla de Lehman Brothers -con AIG bajo el síndrome del efecto dominó mientras Bank of America rescataba Merrill Lynch a la desesperada- y los titulares temblaban entre terremotos financieros, debacles, desplomes, tsunamis, hundimientos, e incluso salía a pasear el fantasma de 1929. En el fragor de esa pasión inocultable por los escenarios fatales, todas las miradas se dirigían a la Banca. Amparada en su respetabilidad de ballenas con raya diplomática, ésta ha abusado de especular con productos financieros en vez de suministrar fondos a la economía real, y en definitiva el caos actual debe mucho a la desregulación salvaje de los últimos años bajo la bandera de un falso liberalismo y unos ejecutivos irresponsables a la caza de bonus por la vía rápida. ¿Dónde estaban los controles? Pues no estaban.

El centro de la crisis está ahí, y emite señales acerca del futuro. Para profanos, es muy recomendable la lectura de 'La crisis Ninja' escrita por un viejo profesor y asesor financiero llamado Leopoldo Badía -de fácil acceso en su blog-que se ha convertido en un hit de Internet. En síntesis, la banca americana, al caer los tipos de interés del 6,5 al 1%, buscó beneficios y se dedicó a dopar el mercado inmobiliario prestando dinero para hipotecas a clientes de altísimo riesgo llamados 'ninja' (acrónimo de 'No Incomes, No Jobs, no Assets': sin sueldo fijo, sin empleo, sin propiedades) para compensar la pérdida de márgenes con ese aumento de operaciones, incluso dando más de lo que valían las casas dado el ritmo de revalorización de éstas. Las hipotecas 'subprimes' agotaron los fondos de los bancos, de modo que éstos empezaron a pedir a otros en los circuitos globales emboscando los riesgos mediante ingeniería financiera y la permisividad del sistema. Cuando acabó el festín del ladrillo, los ninjas dejaron de pagar y todo petó. La crisis se ha extendido por el mundo y en la Meca del neoliberalismo ya han intervenido para salvar Fannie Mae, Bearn Stearns, Indy Mac, Freddie Mac y ahí siguen, en el paquete siniestro de la herencia Bush. Hay quien cree que tras esto habrá una reinvención ideológica hacia un Capitalismo 3.0, básicamente caracterizado por una regulación garantista de controles eficaces y respetuosos con la ciudadanía. Quizá sea mucho creer.

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