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EFE
Lunes, 1 de septiembre 2008, 03:20
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La versión cinematográfica de 'Retorno a Brideshead' ('Brideshead Revisited') ha pasado inadvertida en Estados Unidos, donde la fría acogida de la crítica y el público ha marcado el regreso de esta historia de aristocracia británica que fue un hito en la televisión de los años ochenta.
A pesar de contar con la actriz Emma Thompson, genial en el papel de Lady Marchmain, la película no ha cautivado a los estadounidenses y sus escasas proyecciones, apenas en 500 salas de todo el país -'Batman' está en más de 4.300-, han limitado sus ingresos a cinco millones de dólares tras un mes en taquilla.
El lapso de tiempo transcurrido desde que la serie llegase a la pequeña pantalla, se estrenó en 1981, y su temática decadente del periodo de entreguerras, poco atractiva para el público actual, jugaron en contra del regreso de este drama basado en la novela homónima de 1945 de Evelyn Waugh.
'Retorno a Brideshead' narra la experiencia de Charles Ryder, un joven de barrio modesto, en el mundo de la aristocracia británica durante las décadas previas a la Segunda Guerra Mundial. Un ambiente que le atrapa a pesar de la extrema religiosidad católica de la familia Marchmain y del que descubrirá su cara más amarga.
El hecho de que aquel programa de once capítulos fuese catalogado como «la mejor serie de la historia» ha terminado por jugar en contra del filme, incapaz en algo más de dos horas de metraje de llenar el hueco dejado por el clásico de televisión.
El mismo escenario
Aunque el director Julian Jarrold trató de ceñirse a la obra de Waugh y olvidar la serie, las comparaciones han sido inevitables. Uno de los factores que ha propiciado esta situación fue el hecho de que la mansión Brideshead, principio y fin de toda la trama, volviese a ser ambientada en el Howard Castle, un palacio situado en York al norte de Inglaterra que sirvió de escenario para la serie. A ojos del espectador nostálgico, esta ubicación despierta el recuerdo de un joven Jeremy Irons encarnando al aspirante a pintor Charles Ryder, interpretado por Matthew Goode ('Match Point', 2005) en la película.
A diferencia del programa de televisión, el filme carece de un narrador, una figura poco frecuente en el cine, y la historia se relata en tiempo real a pesar de ser presentada como un episodio del pasado en la vida del protagonista.
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