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PUNTO CULMINANTE. La huelga en el sector del transporte provocó el momento de mayor tensión laboral en España y en la provincia. / ANDRÉS CARRASCO
El parón económico eleva la conflictividad laboral y dispara las mediaciones del Sercla
PROVINCIA

El parón económico eleva la conflictividad laboral y dispara las mediaciones del Sercla

El número de expedientes tramitados por el servicio de la Junta crece un 58% hasta junio. Los desacuerdos relacionados con la industria y el sector inmobiliario se multiplican

ÁLEX MEDINA R.

Martes, 19 de agosto 2008, 04:01

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Un termómetro mide la temperatura; un velocímetro, la velocidad; y un barómetro, la presión. ¿Qué mide la crisis económica? Casi cualquier cosa que empiece a ir mal y que presente repentinos ataques de gigantismo en un corto periodo de tiempo. Le ha pasado al paro, a la inflación, al endeudamiento familiar y, a la inversa (hacia abajo), a la construcción de casas, a la concesión de préstamos... La lista es interminable y faltaba en ella la conflictividad laboral. Todavía no ha estallado la espita de las huelgas, pero el ambiente empieza a tensarse. Una situación sobre la que el barómetro podría advertir.

En este ambiente, el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) se convierte en una referencia en tiempos de crisis. Y como nadie discute el frenazo económico, su reflejo alcanza a este servicio engordando los procesos que han acudido a él en el primer semestre de 2008 hasta los 79, un 58% más que los registrados en el mismo periodo del año pasado. De igual modo, es el acelerón provincial más acusado de toda Andalucía (empatado en ese 58% con la de Málaga) y supone un porcentaje que más que duplica el promedio andaluz (del 23% de incremento de enero a junio).

Esta avalancha de conflictos laborales ya había sido prevista por empresarios y sindicatos a finales del año pasado. Entonces se pensó que la elevada inflación (entonces en el entorno del 4%) iba a provocar múltiples fricciones (las cláusulas de revisión en función del IPC real es el enemigo público número uno del empresariado). Eso fue antes de que llegaran los verdaderos efectos del batacazo económico, que han terminado por enrarecer decenas de convenios en la provincia. Ahora las cesiones son complicadas y nadie quiere perder.

Una mesa, un acuerdo

¿Y quién ofrece su mano cuando dos no quieren negociar? Empresas o trabajadores (o los dos) recurren al Sercla cuando la negociación de un convenio laboral se estanca. La Administración (en el caso de Cádiz, la delegación provincial de la Consejería de Empleo) habilita los medios, pone la mesa, aúna voluntades e intenta que el enconamiento no llegue a mayores en forma de huelgas o procesos judiciales. El éxito, obviamente, no está garantizado, si bien dos de cada tres conflictos salen de la negociación bien avenidos.

A fecha del 30 de junio, los 79 procedimientos que han pasado por las manos del Sercla gaditano afectaban a un total de 111 empresas y 19.237 trabajadores. La provincia no es de las más destacadas de Andalucía en número de empleados afectados y parecen pocos frente a cifras de centenares de miles de involucrados en otras zonas de la región. Sin embargo, el número total puede dispararse en cuanto se toca un convenio general de un sector a nivel provincial, como ha sucedido en Huelva, cuyo diálogo para renovar el acuerdo de hostelería acabó en la mediación oficial por falta de consenso entre las partes afectadas. En Cádiz, en cambio, los problemas se han localizado en empresas concretas. Destacarían casos como el de Dragados Offshore, Urbaser, el Ayuntamiento de Arcos, Alcomar y un buen número de uniones temporales de empresas que se aliaron para ejecutar ciertas obras. En estos momentos, de las 79 instancias al Sercla, 10 permanecen en negociación y de las que se lograron tramitar de una forma correcta, 29 de ellas terminaron con la aveniencia de las partes y otras 25, sin un acuerdo concreto.

El efecto ladrillo

De entre los ejemplos de intervenciones felices del Sercla y con cierta presencia en la memoria de la provincia, podría destacar el conflicto en torno a la empresa Transportes Comes. Después de 3.500 horas de negociaciones y decenas de jornadas de paros parciales y completos en el servicio, empresa y trabajadores sellaron un complicado acuerdo. Pero, sobre todo, en la retina de los ciudadanos queda la huelga del transporte, aunque resuelta en Madrid.

En el lado opuesto se encontrarían las consecuencias directas y cruentas del frenazo económico. No es una casualidad que 59 de los 79 procesos comenzados estén encuadrados en el sector de las actividades inmobiliarias. Las peticiones de intervención incluyeron a 74 empresas y a 6.791 personas.

Con todo, la palma de repercusión se la llevan las 11 empresas pertenecientes a la industria manufacturera para cuatro expedientes y nada menos que 11.037 trabajadores. En este caso, ha tirado hacia este resultado final la negociación del convenio del sector del metal, que se ha desarrollado en Cádiz durante el primer tramo de 2008.

Todo esto, hasta el pasado mes de junio. Atendiendo a la evolución de procesos iniciados en los últimos meses, el panorama tiende a empeorar y seguramente los expedientes se multipliquen en los próximos meses. De hecho, una cuarta parte de los procedimientos registrados hasta la mitad del ejercicio se iniciaron en el mismo mes de junio (frente a los ocho en idéntico mes de 2007), y la conflictividad comenzó a cobrar velocidad a partir del inicio del segundo trimestre, justo cuando los efectos de la ralentización teñían toda la economía nacional y gaditana, se desataron las suspensiones de pagos y el paro no levantó cabeza. En efecto, al Sercla de la provincia le queda una larga temporada de trabajo extra.

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