La joven que mató a una amiga en Málaga dice que ni ella ni su madre sabían dónde estaba el revólver
Testigos declaran que la chica les había enseñado un arma y que les había dicho que iba a ir "a pegar tiros" con su padrastro
EUROPA PRESS | MÁLAGA
Viernes, 22 de febrero 2008, 19:10
La joven que mató en octubre de 2002 a su amiga siendo menor de edad cuando presuntamente jugaban con un revólver testificó hoy en el juicio que se sigue contra su madre y el compañero de ésta por no adoptar precauciones y cambió su declaración inicial, al asegurar que ella no sabía que estaba en la casa el arma de fuego con la que se cometieron los hechos, sino que la encontró por casualidad. Además, aseguró que su madre tampoco conocía de su existencia.
El Juzgado de lo Penal número 4 de Málaga celebró hoy la vista oral contra David S.G. y Bárbara D.V., para los que la Fiscalía solicita ocho años y medio de prisión por homicidio por imprudencia cometido por omisión y tenencia ilícita de armas, mismos delitos por los que acusa la familia de la fallecida.
En el juicio, Amelia R.D., para la que se acordaron cuatro años de internamiento por estos hechos, explicó que estaba con su amiga en casa y al bajar una persiana, cedió el tambucho y la encontró allí. En ese momento, comenzaron a jugar con ella, la cargaron, tras lo que se produjo el accidente. "Mi padrastro jamás me dijo que podía jugar con el revólver. Yo lo encontré, lo cogí y jugué", precisó.
La chica argumentó que tras su detención dijo que había cogido la pistola de entre la ropa de su madre y que sabía que estaba allí desde hacía un mes porque "estaba muy nerviosa" y apuntó que luego mantuvo esta versión porque creía "que era la más correcto, pero no fue así", apuntó, rectificando también en el juicio que el arma no estaba cargada.
En sus conclusiones definitivas, la acusación particular, que representa a la familia de la fallecida, pidió que se deduzca testimonio contra la joven por falso testimonio. Dos amigos de la fallecida y de la joven, que comparecieron como testigos, indicaron que ésta les enseñó un arma e incluso señalaron que les habló de otra.
Sacrificio humano
Asimismo, estos testigos coincidieron en que la joven iba diciendo que "quería ser santera, como su madre, por lo que tenía que hacer un sacrificio humano" y que dijo que iba a ir "a pegar tiros" con su padrastro. Esto fue negado por la joven, que reside en Oviedo con su padre como en aquel momento, ya que estaba unos meses de vacaciones en la casa cuando sucedieron los hechos.
Ambos acusados se declararon inocentes. Así, el hombre negó que la joven y su entonces compañera sentimental supieran de la existencia del arma de fuego, de la que no tenía licencia y que, según declaró, estaba escondida en el tambucho de una persiana de un dormitorio diferente al que utilizaba la menor.
Reconoció tener "bastantes" armas blancas en el cuarto en el que dormía la joven, como por ejemplo una catana; además de una defensa eléctrica, un puño americano, así como balas en una estantería, porque había sido militar y coleccionaba estos objetos. Por su parte, Bárbara D.V. declaró que "nunca" su ex pareja le enseñó el revólver ni lo vio limpiándolo.
Para el fiscal, los procesados no adoptaron las medidas de precaución necesarias para evitar que la chica cogiera "como había realizado en otras ocasiones" el revólver propiedad de él y disparara sobre su amiga, por lo que fue condenada por homicidio imprudente.
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