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EL MIRADOR

Los demonios, POR TEODORO LEÓN GROSS

TEODORO LEÓN GROSS

Jueves, 1 de noviembre 2007, 03:15

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EN el día de Halloween, la vieja celebración de All Hallow's Eve o víspera de Todos los Santos, se desataron los demonios de la legislatura. Los titulares online del 31 de octubre parecían, por momentos, un akelarre irresistible. De repente ahí estaba el espectro del 11M, los demonios del nacionalismo y el fuego cruzado en el Congreso por la crisis de la infraestructuras en Cataluña, los fantasmas de la Guerra Civil durante la aprobación de la Memoria Histórica, el leviatán del secesionismo vasco con el lehendakari nuevamente en el banquillo . una agenda «llena de ruido y de furia» que, a cuatro meses de la cita electoral, tal vez acabe convirtiéndose en un punto de inflexión determinante para el resultado, como ocurre en fútbol cuando a cinco minutos del final hay penalti, expulsión, roja o rojas directas, un instante sin duda decisivo para el desenlace más allá de todo lo anterior y el margen último, como tal vez sucediera ayer.

La sentencia del 11M, al descartar la existencia de pruebas apuntando a ETA, fija al fin el atentado en la órbita del terrorismo islámico movido por Al Qaeda. La legislatura concluye así el círculo, desenmascarando la 'teoría de la conspiración' que el PP utilizó para enturbiar el escenario de su derrota aquel 14M, incluso hasta sugerir ignominiosamente cierta complicidad del PSOE. Ahora el PSOE va a morder ahí hasta hacer sangre para desacreditar al PP como alternativa; tanto más si éste, en lugar de silenciar las provocaciones, cae nuevamente en la tentación de enredarse con las sombras de la 'conspiranoia' en torno a la autoría intelectual. Entretanto, eso sí, el PP mantiene sus mandíbulas aferradas a la crisis de las infraestructuras de Cataluña, con la certeza de erosionar la credibilidad del Gobierno en su segundo granero electoral. De hecho, ya no interesa relativizar la realidad -allí hay una crisis de movilidad del quince, pero crisis de movilidad por grandes obras se dan en todas las capitales- porque el PP va a rebufo del victimismo catalán para recoger las cenizas del Gobierno cada vez más quemado allí pesar del buenismo desesperadamente retórico del presidente. Y en las urnas va a medirse también el espectro del secesionismo vasco, los fantasmas de las dos españas, los jinetes negros de la crisis económica, todos los demonios de la legislatura de repente citados ayer por All Hallow's Eve, la víspera de Todos los Santos.

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