Tele sin tele

LA informática y, más concretamente, Internet, es una bestia que está devorando a todos sus rivales en la distribución de contenidos multimedia. El primero en caer fue, hace ya años, el mercado discográfico. El debate sobre si la descarga de música es una práctica más o menos legal ya está muy manido y la realidad se ha impuesto por su propio peso. En Estados Unidos más del 40% de las ventas de música son 'on line' y aquí se lleva el mismo camino pese a las protestas de los que ven amenazada su parte del pastel. La tarta se puso rancia hace años pero hay quien no quiere asumirlo.

Tras la música le tocó al cine en pantalla grande. Internet es una fuente inagotable de películas de estreno capturadas de forma ilegal en las salas de cine y vendidas después en el top manta o descargadas con los programas de intercambio P2P. Los 'screeners', que es como se llama a estos archivos clandestinos, son de una calidad bastante repugnante, pero a muchos ciudadanos no les importa ver una película de estreno con un audio y vídeo deficientes. Al menos, dicen, se ahorran los siete euros de la entrada si el filme es malo, cosa que en algunas películas que pueblan la cartelera es hasta comprensible.

Tras el cine, Internet se convirtió en feroz depredador del mercado de películas en DVD. Los intentos de establecer sistemas anticopia han sido vanos y las cintas ripeadas en formato Mpeg circulan como Pedro por su casa. El DVD se ha cubierto las espaldas ofreciendo extras y versiones de coleccionista con valor añadido cuya compra merece la pena... si se es coleccionista.

Las películas no han sido las únicas en verse afectadas por la distribución (legal o alegal) en Internet. Las series de televisión que se empaquetan en DVDs son otras grandes afectadas para la rapacidad de la Red. Más aún cuando se suelen capturar directamente de la tele y se distribuyen en las redes P2P apenas unos días después de su estreno en canales de cable o satélite y meses antes de que lleguen a las televisiones públicas. No digamos ya si hay que esperar a que se comercialicen en DVD a unos precios, por otra parte, bastante escandalosos.

En tiempo real

Hasta ahora, las series y programas de televisión se descargaban mediante programas de intercambio P2P o eran publicadas en las páginas web de las propias cadenas de televisión. Sin embargo, la tendencia está cambiando y cada vez son más las páginas que ofrecen contenidos televisivos en 'streaming' o, en otras palabras, en tiempo real. Esto se ha logrado mediante una tecnología llamada IPTV o Televisión IP.

Un programa gestiona los canales y la programación llega en pequeños archivos que se transmiten en paquetes mediante las redes IP, las mismas que utilizan programas como Emule o Bittorrent. La sombra de Youtube es alargada y hoy ya puede verse Telecinco, Antena 3, TVE-1 y cientos de otros canales simplemente navegando por Internet.

Los contenidos en 'streaming' sufren una reducción de su calidad de audio y vídeo para que puedan transmitirse con la suficiente fluidez. Se ve peor, pero tampoco se necesita aparato descodificador alguno sino sólo instalar un programa en el ordenador. Por si esto fuera poco, hay páginas que ofrecen series que ya han sido estrenadas en canales de pago pero que aún no han llegado al circuito de televisiones 'en abierto'. Algo muy tentador para los fans de este tipo de contenidos.

El auge de estas webs pone en entredicho la necesidad de disponer de un sistema de Televisión Digital Terrestre o TDT y afecta a no pocos mercados tecnológicos. Los fabricantes de dispositivos de sintonización para el ordenador no deben estar muy contentos con esta moda. Tampoco las compañías que desarrollan descodificadores de TDT o pantallas de alta resolución. La perdida de calidad es muy apreciable en las televisiones 'on line' pero el público ya ha demostrado antes que esto no tiene porque ser un factor determinante. Los 'screeners' con buena prueba de ello. Además, la subida progresiva del ancho de banda de las conexiones permitirá mejorar esta calidad de imagen en un plazo breve.

El reino del ordenador

Aún hay varias generaciones de mayores de 40 años que prefieren encender la televisión tradicional y desconfían del ordenador, pero la tendencia no tiene marcha atrás. La IPTV ha sido uno de los grandes temas de conversación en la reciente feria tecnológica IFA. Los analistas coinciden en que a la tele tradicional le quedan unos cuatro o cinco años. Después, será el ordenador el que reine de forma indiscutible en el salón, no sólo como reproductor de DVD o Blu-Ray sino como medio de transmisión de los canales de televisión.

Apple ya se está subiendo a este carro con su dispositivo AppleTV y muchos fabricantes están comenzando a comercializar aparatos de televisión con una entrada adicional para cable de red. En el momento en el que la señal pueda transmitirse sin problemas de calidad o latencia por Internet, también dejarán de ser necesarios los aparatos de televisión que se podrán reemplazar por simples monitores de gran tamaño y prestaciones similares.