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Recuperan en la Cueva de Nerja más de 150.000 piezas de gran valor prehistórico
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Recuperan en la Cueva de Nerja más de 150.000 piezas de gran valor prehistórico

El hallazgo de varios ejemplares de un tipo de punta de proyectil podría adelantar, a hace unos 22.000 años, la llegada a la Costa del Sol de los primeros europeos del Norte

SUR.es |

Miércoles, 5 de septiembre 2007, 22:11

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La Fundación Cueva de Nerja ha dado a conocer hoy los sorprendentes resultados de la clasificación de 151.588 nuevas piezas de interés arqueológico, que este mes de agosto se han extraído de la cavidad al desarrollar el proyecto de consolidación y restauración de las excavaciones que hace más de dos décadas se desarrollaron en la sala de La Torca, Mina y Vestíbulo.

El hallazgo de varios ejemplares de un tipo de punta de proyectil muy característico de un periodo aún no incluido hasta ahora en la cavidad (22.000 a 21.000 años a.C.), que se conoce como Solutrense, podría adelantar el tiempo de llegada hasta la Costa del Sol de los primeros pobladores europeos del Norte. Aquellos homínidos ya habrían buscado por entonces, en esta parte de Andalucía, refugios ante los fríos glaciares que en esa etapa asolaban tres cuartas parte de Europa. No obstante, la catalogación del material no ha concluido todavía y se puede producir durante los próximos días alguna sorpresa más.

Según se desprende de los estudios que ha desarrollado un equipo de ocho técnicos superiores, coordinados por el vocal de Arqueología de la comisión científica de la Fundación Cueva de Nerja y profesor titular de Arqueología de la Universidad de Córdoba, José Luis Sanchidrián, y Ana María Márquez, colaboradora honoraria del departamento de Prehistoria, así como del Instituto de Investigación de la Cueva de Nerja, la gruta muestra una vez más su condición de fuente inagotable de información arqueológica si se toma un único decímetro cúbico en las zonas donde con el paso de los siglos se han sedimentado infinidad de restos que certifican, por ejemplo, la presencia de homínidos.

La ingente cantidad de material está repartida entre varias categorías de piezas: de las sociedades agropecuarias que habitaron la Cueva de los periodos Neolítico y Calcolítico, de 2.000 a 6.000 años, ha cerámicas decoradas y lisas, instrumentos de piedra pulida, hachas y útiles como azuelas, y tallada, cuchillos y puntas de sílex, elementos para adorno personal, anillos, brazaletes, pulseras y cuentas de collar de piedra y concha o incluso molinos para el cereal, así como restos de animales consumidos y semillas de trigo y cebada. En cuanto a la etapa correspondiente al periodo entre 7.000 y 25.000 años atrás, del Paleolítico Superior y Epipaleolítico, se hallan representados grupos humanos de economía cazadora-recolectora con instrumentos de uso cotidiano como últiles sílex y hueso: raspadores, un tipo de buriles, perforadores, anzuelos, azagayas, etc, y vestigios de lo que era la base de su alimentación, fauna cazada, pescada y recolectada.

El gerente de la Fundación de la Cueva, Ángel Ramírez, a partir de los análisis iniciales que confirman que el material de mayor interés ya catalogado es apto para su musealización, confirma que es probable que su destino sea el futuro Museo de la Historia de Nerja, que está en la actualidad en obras a escasa distancia del famoso paseo Balcón de Europa. El resto de miles de piezas, dada su abundancia y viabilidad, podría perfectamente constituir una Colección de Comparación de las piezas prehistóricas, que instalada en el Instituto de Investigación de la Cueva permitiera, sobre todo al alumnado de Arqueología, mediante los convenios con universidades, un aprendizaje especializado. Así se va a poder cumplir uno de los objetivos primordiales de la Fundación Cueva de Nerja, la difusión del patrimonio y la formación. Para poder clasificar esas más de 150.000 piezas arqueológicas de la Cueva los científicos se han visto obligados a procesar 1.300 kilogramos de materia extraída de uno de los depósitos empleados hace dos décadas en las últimas excavaciones que se efectuaron dentro de la gruta. La criba o columna de tamices de malla decreciente, con filtros de un centímetro y de cinco y un milímetros, ha permitido inventariar en el mes de agosto piezas de cerámica de todos los niveles reseñados de la Prehistoria.

Este proyecto arqueológico ha sido posible después e tramitar la pertinente autorización con la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta. Posteriormente recayó la dirección de esta actividad inédita durante décadas en el conservador de la gruta, Antonio Garrido, que ha tenido una colaboración constante con el mencionado equipo de técnicos superiores en Arqueología Subterránea más personal de la propia Fundación de la Cueva.

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