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SALIDA. Fernando Lacomba, al dejar el Antequera Golf. / SUR
Fernando Lacomba: «El físico de Gasol es el más privilegiado que vi»
FISIOTERAPEUTA DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA DE BALONCESTO Y DEL MÁLAGA

Fernando Lacomba: «El físico de Gasol es el más privilegiado que vi»

«Cuando desconecto no veo fútbol ni 'basket'», confiesa el 'fisio' de los 'chicos de oro' y del club de La Rosaleda

PEDRO LUIS ALONSO

Viernes, 27 de julio 2007, 04:00

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Su último paciente fue Jesús Gámez. El fisioterapeuta del Málaga Fernando Lacomba dejó el miércoles Antequera y viajó a Madrid, donde seguirá concentrado, ahora para tratar cuerpos más grandes y pesados, los de la selección española de baloncesto. Manteniéndose fiel al rol discreto que caracteriza a los integrantes del cuerpo médico en el deporte de alto nivel, desgrana en esta entrevista las diferencias entre un vestuario de fútbol y otro con los actuales campeones del mundo.

¿Cómo llegó a trabajar para la selección española de baloncesto?

Hace nueve años. Fue un poco por casualidad. En 1999 me llamaron un jueves por la noche, porque el 'fisio' que estaba trabajando con los alevines se había hecho un corte en una mano y necesitaban a una persona que tuviera experiencia y que fuera de confianza. Me dijeron: ¿se puede incorporar unos días a Guadalajara...?

¿En qué se diferencia el trabajo con un jugador de fútbol de otro con uno de baloncesto?

Son muy distintos. Cada deporte no tiene nada que ver. En el baloncesto se trabaja el miembro superior, pero el hecho del bote y de su fisonomía hace que también tengan problemas en rodillas y tobillos. Tienen estructuras corporales muy dispares. Un futbolista muy grande mide 1,85 o 1,90 a lo mucho, y pesa 95 kilos. Cabezas creo que mide uno noventa y tantos y pesa 98, y él es pequeño en baloncesto. Y Garbajosa, ciento y pico. Con eso uno se puede hacer a la idea. Tampoco es igual un vestuario de 12 que otro de 25.

¿Quiere decir que la selección de baloncesto puede estar mejor atendida?

Es diferente. Lo que pasa es que la selección española es la situación ideal en todo momento. Desde el punto de vista del trabajo sabes que los jugadores están las 24 horas del día atendidos. Los ves comer, a cada momento... Si tienen el más mínimo problema te pegan a la puerta de la habitación y los atiendes...

Claro que tampoco será lo mismo trabajar en un vestuario de un club sometido a un proceso concursal que en un combinado a punto de proclamarse campeón del mundo...

Usted lo ha dicho. La pasada campaña en el Málaga se trabajó en unas condiciones extradeportivas que hicieron que el día a día fuera diferente, pero el ambiente fue también muy bueno. No estábamos acostumbrados a lo que pasó, pero la actitud de todos fue lo que propició que el equipo se salvara.

¿Hasta qué punto se siente partícipe del oro de la selección?

Te sientes partícipe y si dijera lo contrario mentiría. Lo que intentas es aportar tu grano de arena, no molestar, como me gusta decir en broma. Recuerdo un detalle muy bonito de un jugador cuando se le concedió a la selección el Príncipe de Asturias. Entonces le dije: «No veas la que habéis liado», y me contestó: «La que hemos liado, no te olvides». Nosotros también tenemos nuestra medalla de oro y una réplica del documento, en papel pergamino, que acredita haber recibido el Príncipe de Asturias.

¿Y dónde tiene su medalla?

En el despacho de mi casa.

¿Cuál es el deportista que ha tratado con un físico más privilegiado?

En la selección española Pau Gasol tiene unas condiciones fuera de lo normal. Un jugador de 2,14 metros que tiene una coordinación más propia de alguien de metro noventa. Sus compañeros se quedan sorprendidos en los entrenamientos y dicen «¿Ay, qué tío!».

¿Le gustaría tocar otro deporte?

Yo ya he llevado baloncesto, fútbol, rugby y balonmano, incluso lucha canaria, que me hizo mucha ilusión. A mí me gustaría poder conocer el rugby al máximo nivel. Me impresiona ver los jugadores neozelandeses.

Cuando desconecta, ¿le gusta ver más fútbol o baloncesto?

Ninguno. Para desconectar prefiero hacer deporte, leer, ir al cine o escuchar música.

Las pretemporadas son la época de más trabajo para un 'fisio', ¿verdad?

Sí. Y para los jugadores, la fase en que más se cansan. Para nosotros también, y vosotros lo sabéis. Trabajamos mañanas y tardes sin parar y puede que también tengas cosas que hacer por las noches.

¿Cuáles son las manos más mágicas en el trabajo que ha conocido?

Bueno, la expresión 'manos mágicas' no me gusta demasiado. He visto muy buenos profesionales y currantes, y de quién más he aprendido es de Senén Cortegoso, que me trató ya cuando tenía 16 años y era jugador de balonmano. Ha sido la persona que más me ha motivado y mi referencia.

Haga un pronóstico para el Málaga esta temporada y para la selección española en el Eurobasket.

¿Con el Málaga? Pues que iremos poco a poco. Lo que veo es mucha ilusión en un grupo con muy buen ambiente. Dentro de 37 o 38 partidos se verá. Respecto a la selección, sería aventurado pensar en otro título: en cuartos de final del Mundial, seis de los cuartofinalistas eran europeos, y eso que Croacia no estaba en ese torneo. Así que ojo con el Eurobasket.

¿Hay algún jugador con el que tenga mejor relación?

Te lo pasas bien con los dos grupos, excepto con las lesiones, como hace un año con Felipe Reyes o cuando el lance de Gasol en la semifinal. Son ambientes muy buenos, a pesar de que se trabaje mucho.

Cuente alguna anécdota.

Con el baloncesto, hace ya muchos años, teníamos un partido muy pronto, a las siete de la mañana, en un Europeo en categorías inferiores. Recuerdo que a San Emeterio, que es ahora jugador de ACB, le tuvimos que vendar a las seis de la mañana, además con una sujeción muy especial. Cuando quedaban cinco minutos para el final del partidos lo cambian y se me sentó al lado. Me dijo: «¿Me ha vendado el tobillo izquierdo?». Y le contesté: «Sí». «Pero si yo tenía mal el otro...». Y nos reímos, porque lo raro era que no se hubiera dado cuenta él.

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