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BLAIR. Abrazo con Aznar, protagonistas en las Azores. / EFE
Blair, contra todos
MUNDO

Blair, contra todos

El ex asesor de Comunicación Alastair Campbell desvela que el entonces 'premier' británico fue el único miembro de su Gobierno que creyó en «la justicia» de la invasión de Irak

TEXTO: AINHOA PAREDES

Martes, 24 de julio 2007, 20:53

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'THE Blair Years' (Los años de Blair), extractos de los diarios del ex asesor de Comunicación del ex primer ministro británico, Alastair Campbell, que se publicó ayer en el Reino Unido, es el relato detallado de los momentos clave de la recién acabada era Blair, contada por el que más acceso ha tenido al líder laborista.

Sobre el momento clave de la guerra de Irak, Campbell desvela que todos los colaboradores del ex líder laborista «tuvimos grandes momentos de duda, pero no así Blair», que fue el único miembro de su Gobierno que creyó en todo momento «en la justicia» de la invasión del país árabe. Añade que un día después de que el líder laborista en la Cámara de los Comunes, Robin Cook, dimitiera, otros ministros, como John Prescott o John Reid, parecían «físicamente enfermos».

En este libro, uno de los más esperados del verano, habla también de España; en concreto, de José María Aznar. 28 de febrero de 2003. «En España un 4% apoyaba la intervención (en Irak) sin una segunda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU; un 23% con ella. Tony Blair le dijo a Aznar que un 4% era aproximadamente la cifra que se desprendería de una encuesta en la que se preguntase a la gente si creía que Elvis estaba vivo, por lo que tenía dificultades. Sin embargo, Aznar parecía tan decidido como Tony Blair», comenta Campbell.

Más adelante, el 16 de marzo de 2003, en las islas Azores, poco antes de la cumbre en la que se inmortalizaría la imagen de Aznar, junto Bush y Blair, el presidente de Estados Unidos afirmó que «todo el mundo tenía que ser capaz de decir que hicimos todo lo posible para evitar la guerra ( ). Aznar insistía en la importancia de la alianza transatlántica, pero él se encontraba en una situación política aún más delicada que nosotros».

Ha llamado la atención que el libro se publique menos de dos semanas después de que Blair cediese el testigo del país a su ministro de Economía, Gordon Brown. Éste comentó al diario 'Times' que «el pasado es el pasado» y que no leería el libro. El autor asegura que ha eliminado las referencias a Brown porque él, como laborista, no querría proporcionar munición fácil al líder de la oposición, David Cameron.

Aunque la publicación, de casi 800 páginas, evita críticas al nuevo líder y «amigo/enemigo» de Blair, no las anécdotas que acercan al lector a la naturaleza de su relación. En una ocasión Brown se quedó encerrado en un baño y tuvo que ser rescatado por Blair. Habían quedado en la casa de un amigo en Edimburgo, poco después de la muerte del líder laborista John Smith, con el fin de hablar sobre quién debía reemplazarle. Blair se consideraba la mejor opción para el partido, pero Brown no estaba convencido.

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