La gran huerta de Málaga
El Valle del Guadalhorce tiene un protagonismo especial en la presente edición de Fitur
J. J. BUIZA
Domingo, 23 de enero 2011, 03:29
Puerta de entrada natural a Málaga por el noroeste y hogar de diferentes civilizaciones a lo largo de su Historia, la comarca del Valle ... del Guadalhorce ha sabido explotar su idiosincrasia rural y su cercanía a la capital para atraer al visitante. El turismo natural, el turismo activo, el turismo gastronómico y, en menor medida, el turismo monumental, se dan la mano en este territorio, que en los últimos años ha mejorado su oferta de cara a la industria con diferentes planes inversores y estratégicos que han hecho frente a unos inconvenientes que todavía persisten, con la escasez de plazas hoteleras a la cabezas. Los pobladores históricos de la península han dejado su impronta en la región, donde importantes monumentos y vestigios arqueológicos se han incorporado al paisaje a lo largo de los tiempos, enriqueciendo los folletos turísticos de cada pueblo.
Destacan en este sentido el cinturón de castillos defensivos que los árabes levantaron en las antiguas ciudades de Álora, Cártama o Ardales, entre otras. Precisamente, los ayuntamientos de estos municipios han convertido la restauración de estas viejas murallas en proyectos clave para atraer el turismo. En Cártama, están a punto de concluir los trabajos de la segunda fase, mientras que en Álora acaba de iniciarse la recuperación del emblemático castillo de Las Torres. La ermita de Nuestra Señora de los Remedios (Cártama), las del Convento y de San Sebastián (Alhaurín el Grande), el santuario de la Virgen de Flores (Álora) o las ermitas de las vírgenes de la Fuensanta de Pizarra y Coín son otras edificios de obligada visita en una comarca de profundas raíces religiosas. Aquí, la tradición cristiana entronca con la devoción y la pasión con la que se viven determinadas celebraciones, con la Semana Santa a la cabeza.
Destacan especialmente el fervor cofrade de localidades como Alhaurín de la Torre y, sobre todo, Alhaurín el Grande, en la que las dos grandes hermandades del pueblo (Verdes y Moraos) llenan de espectáculo las calles durante la Semana de Pasión.
El calendario de fiestas y eventos que se han convertido en un imán de visitas es bien largo y abarca prácticamente a todos los municipio: las festividad de los Remedios (Cártama), la Fiesta de la Naranja (Coín), el Día de las Sopas Mondeñas (Monda), el Día de las Sopas Perotas (Álora), el Festival Flamenco de la Torre del Cante (Alhaurín de la Torre), Los Rondeles (Casarabonela), la Feria de la Aceituna (Alozaina), el Día de los Polvos (Tolox), la Feria del Vino y la Castaña (Yunquera), la Rifa (Pizarra), la Fiesta de las Cachorreñas (Alhaurín el Grande), la Luna Mora (Guaro), la Fiesta de la Matanza (Ardales) o el Festival del Embrujo de la Luna Mora (Carratraca), son sólo algunas de las grandes citas del año, muchas de ellas protegidas como fiestas de interés turístico.
En muchos casos, estas celebraciones han sabido aprovechar la importante tradición gastronómica de estas tierras, conocidas como la Huerta de Málaga por su gran variedad de hortalizas, cítricos y árboles frutales. La Vega del Guadalhorce se extiende como un fértil manto verde a lo largo del río que le da nombre. Durante muchos años, en sus riberas han crecido los alimentos que han dado de comer a sus habitantes y que, hoy en día, conforman una oferta culinaria que es dieta mediterránea al cien por cien.
De los guisos con carne de chivo a la gran variedad de sopas de cada pueblo (la perota de Álora, la mondeña de Monda, la hervía de Coín, la cachorreña de Alhaurín el Grande, la poncima de Alhaurín de la Torre, el pipeo de Casarabonela, la aplastá de Pizarra, etcétera), los platos típicos del Guadalhorce se cuentan por decenas, y todos ellos presumen de utilizar ingredientes cien por cien naturales.
Producto estrella
Mención aparte merece un producto estrella de la gastronomía del Guadalhorce: la llamada aceituna manzanilla aloreña, la primera aceituna de mesa española en contar con una Denominación de Origen. A través de este sello oficial de calidad, numerosas cooperativas y productores de la comarca esperan llegar hasta miles de consumidores de todo el país. Las olivas aloreñas son unas aceitunas aliñadas partidas que se caracterizan por conservar el hueso intacto y adherido por la parte del pedúnculo.
La coloración es habitualmente verde, verde-amarillento o de una tonalidad marrón clara, dependiendo del grado de fermentación. Presenta una textura crujiente y un sabor afrutado, de una gran calidad y especialmente diferenciado de las aceitunas aliñadas preparadas de cualquier otra variedad. Desde la concesión de la Denominación de Origen, el Consejo Regulador ha potenciado las campañas de promoción, incluyendo sesiones de degustación en ferias de turismo como Fitur.
El Grupo de Desarrollo Rural del Valle del Guadalhorce (GDR) se ha consolidado como el gran impulsor de la aceituna autóctona del territorio y de otras iniciativas que han buscado fomentar los atractivos turísticos de la comarca. Destaca por ejemplo la divulgación del territorio como una zona de gran interés para el turismo ornitológico. En este sentido, se han construido observatorios, se han ideado rutas y se han editado guías con información sobre las numerosas especies de aves que pueden observarse en el río Guadalhorce, el río Grande y otros lugares del entorno.
No en vano, el turismo de naturaleza ha ganado valor en los últimos tiempos, merced a la extraordinaria variedad de espacios, ideales para la práctica del senderismo. Desde la Sierra de las Nieves a las vegas de cítricos del Bajo Guadalhorce, el territorio dispone de varios parajes de interés para el viajero como El Chorro, los embalses del Guadalhorce y el Guadalteba, Barranco Blanco (entre Coín y Alhaurín el Grande), las pozas del río Grande en Tolox, la sierra de Jarapalos o el pinsapar de Yunquera, enclavado en pleno Parque Natural de la Sierra de las Nieves.
El entorno de los pantanos, situados entre los términos municipales de Ardales y Álora, se ha transformado en una zona de creciente interés para los amantes del turismo activo. A los campings situados en sus inmediaciones se han sumado empresas que ofertan diferentes actividades de aventura, incluyendo el piragüismo, el senderismo o las rutas en 'mountain-bike'. Aunque para turismo de aventura, el de Valle de Abdalajís, auténtico paraíso del vuelo libre en la provincia de Málaga.
Desde hace ya varios años, los amantes del parapente o del ala-delta han hecho de este pueblo uno de sus santuarios. Para promover aún más esta actividad, el GDR coordinó en su día la creación de la llamada Red de Espacios de Vuelo Libre de Andalucía, a la que pertenecen otras ocho comarcas de la comunidad: Sierra de Cádiz, Sierra de Segura, Poniente Granadino, Altiplano Granadino, La Alpujarra, Medio Guadalquivir, Guadalteba y La Axarquía.
En cuanto a la oferta de alojamientos, la consolidación del turismo activo en los últimos años ha derivado en la creación de una importante red de casas de alquiler y algún hotel rural, aunque el principal handicap sigue siendo la escasez de camas, sobre todo en lo que se refiere a complejos de primera categoría. En la comarca únicamente funciona un cuatro estrellas (Alhaurín Golf, ubicado en Alhaurín el Grande), aunque en poco tiempo han abierto nuevos hoteles con menos estrellas, pero que han apostado por una gran calidad en los servicios y las instalaciones. Destacan por ejemplo el Albaicín de Coín (tres estrellas), Sol Andalusí (Alhaurín de la Torre), el complejo Caicune (entre Alozaina y Casarabonela) o diferentes establecimientos ubicados en los pueblos de la Sierra de las Nieves. El aire rústico de la oferta turística en la comarca no ha impedido que algunos inversores hayan querido atraer a visitantes con un mayor poder adquisitivo a través de un deporte que ya ha dado sus resultados en la Costa del Sol: el golf. Eso sí, las posibilidades se reducen únicamente a dos campos: el ya mencionado de Alhaurín Golf y Lauro Golf (Alhaurín de la Torre).
Lo cierto es que pocas veces antes en su historia el Guadalhorce ha tenido tanto protagonismo en una feria de turismo internacional como en la edición de 2011 de Fitur.
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