Vecinos de Elviria denuncian la aparición de gatos muertos

Para quienes cada día pasean por las calles de la zona no hay pruebas suficientes como para señalar al autor de esta 'limpieza', pero de lo que no les cabe duda es de cómo actúa. «Los gatos de la calle son muy escurridizos, así que les ponen comida con gasoil, lo que los deja aturdidos. Después no dudan en atacarles con armas blancas y con piedras hasta matarlos, algo que se ve en los cuerpos de los animales», explica Betina Pietsch, miembro de la Asociación de Animales Abandonados de Marbella (Triple A).

Para esta amante de los animales esta situación es insostenible. «Si aparecen más gatos muertos buscaremos a los culpables y los denunciaremos, aunque espero que con las protestas que todos los vecinos están haciendo en estos días, no se volverá a repetir», sostiene.

Renate Schröder, residente en Elviria, asistió a la aparición paulatina de gatos muertos, pero la semana pasada vivió una situación que le dejó muy marcada: «A mí me gustan muchos los animales y suelo darles de comer. Cuando hace unos días fui a dejarles comida, me encontré con un gato mal herido que a los pocos minutos falleció en mis brazos. Estas personas deben odiar a estas criaturas, porque no molestan a nadie, al contrario, se asustan de las personas», recuerda.

Otra vecina de la urbanización, recuerda cuando empezó a ver muertos los gatos callejeros de la zona: «Suelo pasear con mi perro por el pinar y con el paso del tiempo me di cuenta de que veía muchos animales tirados y pensé que habrían sido atropellados en la autovía. Después otros vecinos me dijeron lo mismo y que incluso habían encontrado veneno esparcido por el suelo, lo que es un peligro para cualquier ser vivo. Siempre voy muy atenta por si mi perro come algo raro», apunta.

Animales domésticos

El peligro que puede causar el veneno esparcido encuentra un claro ejemplo en el caso de una residente de Elviria, que encontró en su jardín varios gatos muertos, entre ellos el suyo propio: «Me daba mucha pena saber que algunos animales estaban apareciendo sin vida, pero fue mucho peor cuando los vi en mi propio césped y me di cuenta de que uno de ellos era el mío», abunda.

Según avisa Piestch, Elviria no es el único lugar donde ocurre algo así: «Hace poco llegaron a las instalaciones de la Triple A dos vecinas de El Rosario que nos traían algunos gatos porque temían que corrieran la misma suerte que otros que habían aparecido muertos. Según decían, les echan algún producto en el agua», lamenta.