Cervantes pasa página
La conocida librería de la plaza de la Constitución cierra mañana sus puertas tras 71 años de actividad comercial
ANTONIO ROCHE alroche@diariosur.es
Viernes, 23 de abril 2010, 03:59
Hoy se celebra el Día del Libro y, paradoja de la vida, la librería Cervantes pasa la última página de su historia. Unos ... carteles fluorescentes en sus escaparates anuncian el cierre inmediato. 'Liquidación de existencias' y 'Ultimos días' ponen en aviso a los transeúntes que pasean por la plaza de la Constitución.
En este caso, el cierre no hay que atribuirselo a la crisis, sino a la subida espectacular del alquiler. Pagaba una renta antigua y al cumplirse el contrato, el propietario del local, lógicamente, quiere rentabilizarlo mejor y actualizar el precio del arrendamiento, lo que pone la mensualidad en una cifra inalcanzable para este modesto establecimiento. Por tanto, todo parece indicar que será una franquicia la que se instale en tan emblemático lugar tras pagar un interesante traspaso.
Cristóbal Repullo Mérida fue el fundador de la librería. La abrió el 9 de abril de 1939 -ahora se han cumplido 71 años- y le puso el nombre del autor del Quijote, la obra cumbre de la literatura española. Aparte de libros, complementó la oferta con productos de papelería, venta de impresos, artículos para escritorio y con una sección para estilográficas y bolígrafos. Con el paso del tiempo, el establecimiento pasó a sus hijos, regentando el negocio Antonio Repullo Vera, y actualmente es la tercera generación la que está al frente, las hermanas Mari Carmen y Laura Rodríguez Repullo, nietas de aquel hombre que ocho días después de que acabara la guerra civil española tuvo la idea de abrir un rincón para los libros en la 'Málaga, ciudad bravía, la de mil tabernas y una sola librería', como recogía el dicho popular.
Ellas llevan 27 años atendiendo el mostrador y ahora están envueltas en la nostalgia. Descartan abrir la librería en otro lugar de Málaga. Creen que ya han cumplido una etapa y abren su horizonte a hacer otras cosas. Había muchos clientes que cada año compraban en Cervantes el alma naque Zaragozano, que lleva 170 años -fue fundado en 1840 por el célebre astrónomo Mariano Castillo y Ocsiero- informando sobre los pronósticos del tiempo, las ferias y mercados de España, el santoral completo o el juicio universal meteorológico. La editora lo distribuirá a partir de ahora en otro establecimiento del centro. En Cervantes también se compraba el monje de la capucha para indicar, con su puntero, el tiempo.
En las páginas de esta librería figura un empleado, Antonio Bernal, que tenía un trato exquisito con los clientes. Era, junto a sus hermanos, el responsable de los porteros y acomodadores de La Malagueta, y por esa razón se crió muy cerca del mundo del toro. Todavía se recuerda a la hora del cierre la figura del torero Andrés Torres 'El Monaguillo' esperando en la puerta de Cervantes a que saliera de trabajar su amigo Antonio Bernal, que era un admirador de su toreo, como lo fue el crítico taurino Juan Verdades, que, desde las ondas de Radio Juventud, daba espléndidas medias verónicas orales para satisfacción de sus oyentes.
Todo eso es ya historia, como a partir de mañana, sábado, 24 de abril, lo será también la librería Cervantes. Se une a otras que en poco tiempo echaron el cierre antes que ella, como Denis y la Ibérica, la de Juan Cepas. Por el contrario, a pocos metros de la última se abrió recientemente La Casa del Libro, apadrinada por el escritor y colaborador de SUR Antonio Soler.
Cada vez que una librería cierra sus puertas es como si le dieran un jirón a la historia de Málaga, porque, aparte de su actividad comercial durante tantos años, constituía un centro de tertulia en la trastienda o delante del mostrador. Daba igual. En estos espacios se ha debatido sobre novedades literarias, pero también sobre aspectos de Málaga. Se han vivido las distintas etapas políticas y la transformación de la ciudad y de la sociedad. Estas librerías han sido un foco de cultura y de inquietudes.
Los nuevos tiempos y variopintas razones han llevado al cierre a estos locales. Primero Denis y la Ibérica, y ahora Cervantes, han puesto el epílogo en la ciudad de la de 'mil tabernas y una sola librería'.
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