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Alvaro Frías
Lunes, 4 de julio 2016, 12:57
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La sociedad va cambiando con el paso de los años y, con ella, el tipo de delitos que se cometen. En los últimos años los jóvenes españoles han pasado de perpetrar robos vinculados con la adicción a las drogas a cometer nuevos delitos que han aparecido o de los que se ha ido tomando consciencia, como es el acoso escolar, apoyado por el auge de las redes sociales (ciberbullyng).
Así lo ha explicado esta mañana Esther Giménez Salinas, dentro del curso Nuevas Formas de Violencia Juvenil, del cual es directora. Durante su ponencia, titulada '1976-2016: evolución de la delincuencia juvenil en 40 años de democracia', ha señalado que durante los años 80 los delitos que se cometían por este perfil de personas respondía a una adicción a las sustancias estupefacientes.
En concreto a la heroína, que estaba en pleno auge en esos años. En este sentido, ha recordado el caso de unos amigos que atracaron la farmacia de su pueblo con una media en la cabeza, habiendo consumido la sustancia: "Se les ocurrió esconder el dinero en el motor del coche y se quemó nada más arrancar. También, como es lógico, les detuvieron en muy poco tiempo porque les habían reconocido".
Pese a que con el paso del tiempo los robos siguen permaneciendo en lo más alto del podio de los delitos que cometen los jóvenes, es cierto que han aparecido algunos nuevos. Sobre ellos ha destacado algunos como el acoso escolar, que venía existiendo pero del que se ha tomado consciencia ahora, o los cometidos por hijos que maltratan a sus padres o familiares, conocido como síndrome del emperador.
Asimismo, ha destacado como, esencialmente en Sudamérica, la mayoría de los delitos que cometen los jóvenes están relacionados con la delincuencia organizada, algo que no ocurre en España. "Allí es un problema muy arraigado, sobretodo en Méjico donde ya forma parte del día a día de los adolescentes", ha concertado.
En cuanto a las nuevas formas de violencia que van apareciendo en el país en el caso de jóvenes, la directora del curso ha apuntado a las revueltas juveniles y a los movimientos antisistema.
Durante el resto del curso se analizarán aspectos como la relación de la violencia juvenil con el terrorismo islámico, se profundizará en el problema del síndrome del emperador y se harán casos prácticos para analizarlos.
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