Narváez y Pimentel prometen mejorar las condiciones de trabajo

Pero el debate sirvió para clarificar algunas posiciones, coincidentes en grandes rasgos. Así, si Pimentel propone una financiación de la UMA acorde con el PIB del entorno, Narváez quiere pasar de un modelo basado en la financiación por número de alumnos a un modelo por resultados.

Si Narváez se mostró «firme contra el 3+2» (grados de tres años, uno menos que ahora, y dos de máster, uno más que en la actualidad), Pimentel no descartó que se pueda aplicar en el futuro, aunque también en estos momentos lo considerar inaceptable. Respecto a la privatización de servicios, ambos se mostraron contrarios a recuperarlos, pero insistieron en que no piensan continuar por ese camino de privatizaciones. Es más, Pimentel se mostró dispuesto a revisar los pliegos de condiciones seguro de que en muchos casos no se cumplen las condiciones laborales de los trabajadores.

A los docentes e investigadores prometieron planes concretos para acabar con la precariedad, el fortalecimiento de los planes propios y, en el caso de Narváez, un plan de contratos postdoctorales de 4 años de duración. Al personal de administración y servicios proponen planes de promoción, profesionalizarlos en integrarlos en los órganos de gobierno, dijo Narváez, o la separación de funciones políticas y de gestión además de ofertas de empleo anuales o bianuales, en el caso de Ernesto Pimentel. En temas sociales también fueron coincidentes. Ambos se proponen recuperar los planes de acción social. Pimentel también alcanzar la paridad en los órganos de gobierno y Narváez piensa nombrar una delegada del rector para la igualdad. También coincidieron en adelgazar los órganos de gobierno, prescindiendo en el caso de Narváez de vicerrectorados dedicados a política universitaria.