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La universidad, cuestión de dinero

La universidad, cuestión de dinero

Las carreras en las universidades andaluzas, entre las más baratas de España. También son las que menos gastan por alumno

Francisco Gutiérrez

Domingo, 1 de marzo 2015, 04:07

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Estudiar en una universidad española se está convirtiendo en una cuestión económica, de tener o no tener dinero para costear los estudios. Aunque las universidades andaluzas, incluida la de Málaga, son de las más baratas de España, la reforma del ministro Wert para dejar las carreras en tres años y poner un año más de máster tiene un coste para las familias, más de 1.300 euros. Ser las más baratas tiene otra consecuencia: el gasto corriente por alumno en Andalucía está por debajo de la media nacional y en el caso de la UMA fue, para el curso 2012/13, de 5.335 euros.

Los precios públicos de los estudios universitarios están regulados y Andalucía es la segunda comunidad con los precios más bajos, por detrás de Galicia. El precio del crédito para primera matriculación en las universidades andaluzas se sitúa en 12,62 euros, cuando el precio medio de todas las comunidades es de 18,50, con un máximo de 33,52 euros en Cataluña y un mínimo en Galicia de 11,89.

Los precios públicos en las universidades se fijaron en el Real Decreto 14/2012, de manera que, en primera matrícula, el alumno debe asumir el 15% de lo que cuesta su formación. Pero esa misma norma establece que se pueden incrementar los precios hasta un 25 por ciento, como así hicieron muchas comunidades, sobre todo Cataluña y Madrid, donde tienen los precios más elevados. Andalucía se quedó en cambio en el mínimo de esa horquilla de precios.

Esta norma es la que penaliza los suspensos, por lo que el universitario asume cada vez una mayor parte del coste de los estudios y que, en cuarta o sucesivas matrículas, podría llegar hasta el cien por cien. Muchos estudiantes vieron así que una única asignatura pasaba a costarles más que la matrícula completa de años anteriores.

Precio único

El director general de Universidades de la Junta, el malagueño Francisco Triguero, asegura que «estudiar en Andalucía es mucho más barato que en ninguna otra comunidad. Lo es por varios factores: El primero, estamos en el mínimo de la horquilla. El segundo, tenemos, de media, las tasas más bajas del panorama nacional. Tercero, somos la única comunidad que aplica un precio único, sin distinguir por rama de conocimiento». Y este es un detalle importante, ya que el coste para la administración no es el mismo cuando se trata de la formación en Derecho que estudiar Medicina o alguna ingeniería.

Las ramas experimentales son más costosas y «eso se carga sobre los hombros del estudiante», afirma, pero «en Andalucía no es así. Querer estudiar Fisioterapia o Económicas no sólo es más barato que en el resto de España, sino que cuesta igual en primera y segunda matrícula. ¿Por qué? Pues porque apostamos por que nuestros jóvenes consigan ser lo que se proponen y no lo que se puedan permitir. Así es como se consigue que la educación funcione como ascensor social», sostiene Triguero.

Aunque el máster o programas de posgrado no es obligatorio, como dice el Ministerio de Educación, no hay que olvidar que sí es necesario tener 300 créditos cursados para poder hacer un doctorado, paso imprescindible para dedicarse a la docencia o la investigación en la universidad. Y que los estudiantes, aun con grado, máster y varios idiomas tienen difícil su salida laboral, por lo que la mayoría se inclinarán por mejorar su currículo todo lo posible, si su economía se lo permite. Prueba de ello es el importante incremento en el número de alumnos de máster que se ha producido este curso, más de quinientos, en gran medida los nuevos graduados de carreras de cuatro años que empezaron a salir el curso pasado.

Másteres obligatorios

Pero también hay casos en los que el máster es obligatorio. Se trata de las profesiones reguladas, para las que el ejercicio de la profesión requiere superar un máster que en este caso es habilitante. Se aplica a los títulos de Abogacía, Ingeniería Industrial, Ingeniería de Telecomunicaciones, Psicología General Sanitaria y el máster de Profesorado en Educación Secundaria obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas. Además de esos cinco reconocidos por el Ministerio de Educación, la Junta incluye también como másteres que son necesarios para una profesión los de Prevención de Riesgos Laborales, Ingeniería Informática e Ingeniería Química. Del primer grupo la UMA tiene este curso 766 nuevos alumnos, mientras que en los tres últimos se matricularon otros 50.

Cambiar de carrera antes que repetir

  • El sistema de grados penaliza fuertemente los suspensos. La segunda y sucesivas matrículas multiplican por dos, cuatro, cinco y hasta por seis el precio de la asignatura. A partir de la tercera matrícula también salen más caras las carreras experimentales, de la salud y las ingenierías que el resto de áreas de conocimiento, que en primera y segunda matrícul cuestan igual para todas las carreras. Y esto lleva a algunos alumnos a cambiar de carrera ante la imposibilidad de pagar unas tasas tan elevadas. Es el caso de Josemi Gamarra, un estudiante de Ronda que después de dos años en el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales se vio en la necesidad de cambiar de carrera, al grado de Ingeniería de Organización Industrial, ya que la tercera matrícula de las asignaturas que tenía suspendidas duplicaba su coste de un año a otro. «Una sola asignatura, de seis créditos, se ponía en 300 euros», señala. Sin beca, con sus padres en paro y sólo con la ayuda de la Junta, no vio otra salida que cambiar de carrera. «Me han convalidado asignaturas, y las nuevas son de primera convocatoria, que son mucho más baratas», dice. Asegura que ahora «me va mejor, al menos voy aprobado asignaturas» y se queja de las dificultades de acceder a una beca por las exigencias de rendimiento académico, un 85% de créditos aprobados o un 65% con una media de seis en el caso de las ingenierías.

En la Universidad de Málaga, la mayor parte de las 64 titulaciones que ofrece son de cuatro años (240 créditos). Medicina se mantiene en los seis años (360 créditos), como el doble grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas y son de cinco años Arquitectura y algunos de los dobles grados (dos carreras en una). En marzo de 2014 el Ministerio de Educación aprobó un Real Decreto por el que se reconoce la doble titulación, de grado y máster, para las titulaciones que acumulen más de 300 créditos, y que comprendan al menos 60 créditos de nivel máster, como Medicina o Arquitectura.

En la UMA, en los últimos años ha crecido tanto el número de alumnos como el de máster que se imparten. Así, se ha pasado de 41 máster y 1.460 alumnos en el curso 2009-10 a 61 títulos y 1.816 en el actual, de nuevo ingreso. Como hay másteres que duran más de un curso, en total pueden rondar los 2.500 alumnos. Llama la atención el incremento significativo que se ha producido este curso, de 46 a 61 másteres. Esto es debido a que los alumnos de grado de cuatro años terminaron el curso pasado y están haciendo el máster pero también a que, debido a la gran demanda que tenían los másteres en la UMA, se ha incrementado la oferta de posgrado en un 32 por ciento.

El coste de la reforma Wert

La reforma impulsada por el ministro Wert para reducir los grados a tres años y pasar de uno a dos años de máster no es neutra: al final, el alumno pagará más, como mínimo la diferencia entre un curso de grado (757 euros) y uno de máster (2.118 euros), es decir, 1.361 euros. Aún así, para Francisco Triguero, es más que una cuestión económica. «Supone un cambio de modelo que requiere de consenso y reflexión si de verdad se quiere hacer bien. La postura de la CRUE de atrasar su implantación varios años es muy significativa. Y desde el Consejo Andaluz de Universidades, tanto el Gobierno andaluz como los rectores la consideramos más que acertada», señala. Pero la unanimidad de los rectores a la hora de retrasar la aplicación de la reforma al curso 2017/18 ya ha sido rota por las universidades catalanas, que anuncian que empezarán con grados de tres años un curso antes, con carreras que se estudiarán en inglés.

Las becas son una importante ayuda, pero no llegan a todos: de los casi 37.000 estudiantes de la UMA, las becas no llegan a los doce mil. Este curso, casi dos mil alumnos solo tienen beca de matrícula, 4.604 la de dotación económica de 1.500 euros y otros 3.390 la de desplazamiento (otros 1.500 euros) por ser de fuera de la capital. Por su parte, Junta y UMA becaron el curso pasado a 1.428 alumnos con exención de matrícula. El alumno que es de fuera tiene que buscarse alojamiento, y todos tiene gastos de transporte o libros: un estudiante de Derecho puede invertir en manuales unos 300 euros por curso y para los de Medicina se puede aproximar a los 500 (sólo los Atlas de Anatomía cuestan 250 euros), por lo en los seis años de carrera pueden sumar fácilmente 3.000 euros.

Los estudiantes, por su parte, han convocado huelga para esta semana, el miércoles y jueves, que no apoya el consejo de estudiantes de la UMA porque la consideran «precipitada». En cambio sí llamarán al paro para las siguientes jornadas, las del 17 y 18 de marzo.

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