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La rectora, Adelaida de la Calle, junto a Jaime Gil durante su investidura como doctor honoris causa por la UMA
El economista Gil Aluja, autor de la teoría de la incertidumbre, nuevo honoris causa de la UMA

El economista Gil Aluja, autor de la teoría de la incertidumbre, nuevo honoris causa de la UMA

El presidente de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras dedica su discurso al problema de la existencia de «una o varias Europas»

Nuria Triguero

Jueves, 6 de noviembre 2014, 20:11

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«Sin unos cuantos economistas no haremos absolutamente nada. Con ellos haremos todo». La frase de Ortega, citada ayer por la rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle, estaba en pleno vigor hace cincuenta años, cuando España empezaba a caminar hacia la modernidad y la Facultad de Económicas de Málaga daba también sus primeros pasos. Pero también es perfectamente aplicable ahora, en el compás de salida de la peor crisis que ha vivido el país y en el umbral de un nuevo ciclo que, si se tuviera que definir con una palabra, sería incertidumbre. Justamente este es el terreno que domina el nuevo doctor honoris causa de la UMA: Jaime Gil Aluja, presidente de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras y considerado el principal iniciador de la nueva teoría de la incertidumbre por el desarrollo de las lógicas multivalente en el ámbito económico y de gestión. Ayer el catedrático jubilado de la Universidad de Barcelona, todo un referente internacional de las ciencias económicas, recibió este título en un solemne acto celebrado en el Paraninfo.

Fue en la Facultad de Económicas de Málaga, que este año celebra medio siglo de historia, donde Gil Aluja empezó su carrera docente e investigadora, como recordaron ayer él mismo y su madrina, la catedrática de Comercialización de la UMA Francisca Parra. «Han pasado muchos años, pero lo que ha permanecido inalterable, lúcido, brillante en nuestra mente, han sido nuestros primeros pasos por las aulas universitarias de esta querida ciudad de Málaga», afirmó.

Aquel fue el inicio de una exitosa trayectoria científica y profesional que se ha prolongado durante 45 años en diferentes universidades y también en instituciones públicas y privadas y en empresas como Seat, Codefinsa o Eurofinanza. «Enseño economía, pero también enseñó el papel del economista en la empresa. Y lo hizo con brillantez. Entre la Facultad y la Seat. En aquella España que andaba a caballo entre el Plan de Estabilización y el Plan de Desarrollo. Entre la alpargata y el seiscientos», recordó De la Calle.

El homenajeado, de 78 años, recibió los elementos que le acreditan como doctor de la UMA el título, el birrete, los guantes, el Libro de la Ciencia y el anillo de manos de la rectora y ante la mirada de profesores, estudiantes y representantes de instituciones y empresas que casi llenaron el Paraninfo ayer por la tarde.

La profesora Francisca Parra recordó que el nuevo miembro del Claustro de la UMA acumula títulos de honoris causa de 26 universidades españolas y del extranjero, así como numerosos reconocimientos y libros publicados. Es experto en superordenadores y en lógica borrosa, que él mismo define como la forma ideal de tratar la predicción y el futuro.

La Europa de los territorios

Gil Alauja eligió un tema de plena actualidad para su discurso de investidura: Hacia una nueva configuración de la Europa de los territorios. El economista avanzó un modelo, basado en las lógicas multivalentes, para resolver de forma científica el problema de la existencia de una o varias Europas, atendiendo a varios elementos diferenciadores entre la identidad europea: la economía, la religión y los valores históricos y tradicionales.

El nuevo honoris causa de la UMA recordó que la importancia de la consideración de varias Europas «es la dificultad que comporta gobernar y legislar conjuntos de poblaciones heterogéneas, así como adaptar políticas y estrategias comunes ante deseos, necesidades y expectativas diferentes». A su juicio, el tema planteado sobre la existencia de una o varias Europas «adquiere hoy un alto interés social y científico, al traspasar los estrechos límites de las querellas entre intereses políticos, que acostumbran a resolverse con discursos carentes de un sólido soporte, tejido mediante un razonamiento económico».

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