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Pilar Martínez
Martes, 26 de julio 2016, 00:29
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No es nada habitual, pero el verano será el salvavidas para el negocio del sector de cruceros, que tiene en estos cuatro meses su temporada baja. Y es que el Puerto ha conseguido romper con la estacionalidad al casi duplicar la llegada de cruceristas entre junio y septiembre, según las cifras facilitadas por la Autoridad Portuaria. Este fuerte crecimiento, que se concreta en la previsión de ganar casi 70.000 viajeros en dicho periodo, se produce justo en el ejercicio en que las estadísticas de meses fuertes como son abril y mayo han dado un revés a las instalaciones portuarias, que se cifra en un drástico descenso del 22,8% en los cinco primeros meses del año.
Aunque esta merma de actividad está en sintonía con la registrada en otros puertos andaluces como el de Cádiz, que descendió un 20,8% de viajeros hasta mayo, o el de Motril, con una pérdida de un 32% de cruceristas en los cinco primeros meses, el verano ha venido a inyectar un negocio que hasta ahora no se conseguía atraer y que se cifra en un total de 159.580 viajeros de junio a septiembre y en el atraque de 79 buques, algunos de ellos con una primera escala en la capital de la Costa como el Sirena, que llegó el pasado viernes.
Este volumen de cruceristas en verano se ha convertido en un elemento clave para que el Puerto mantenga sus previsiones de cerrar el año con un aumento de cruceristas, tanto como que prevé cambiar el saldo negativo de casi un 23% hasta mayo por un aumento del 17,8% en las previsiones de llegada de viajeros hasta septiembre, según los datos aportados por el Puerto. De hecho, a tenor de las 165 escalas programadas en estos nueve primeros meses, frente a las 145 del mismo periodo durante el pasado año, las terminales portuarias malagueñas prevén ganar más de 45.200 cruceristas de enero a septiembre.
«Va a ser el mejor verano de los últimos años», declaró el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, que se mostró convencido de lograr el objetivo de cerrar 2016 con un saldo positivo, precisamente gracias al cambio en la actividad de cruceros en la ciudad, en la que se experimentará el mayor pico de crecimiento en la temporada estival.
Esta circunstancia no es casual. Tras ella hay toda una estrategia de trabajo que tenía por objetivo poner fin a la estacionalidad en este segmento. A la vista de los datos, las medidas orquestadas están dando sus frutos. Entre las líneas desarrolladas para incentivar la llegada de cruceros fuera de su temporada alta, que se concentra en los meses de abril, mayo, octubre y noviembre, Plata destacó el refuerzo de acciones comerciales con las principales navieras, no sólo en ferias del sector, sino también en visitas a sus oficinas para mantener el contacto a lo largo del año, así como bonificaciones de hasta el 40% si las compañías eligen Málaga como puerto base en temporada baja. En este tirón también ha jugado un papel clave la realización de escalas en bases regulares durante este periodo por parte de la compañía británica Thomson Cruises.
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