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Aspecto actual del que era el salón de bailes.
Las primeras obras revelan el buen estado del Miramar, ya en la cuenta atrás para ser el único gran lujo de Málaga

Las primeras obras revelan el buen estado del Miramar, ya en la cuenta atrás para ser el único gran lujo de Málaga

SUR realiza un recorrido por las actuaciones del emblemático edificio

Pilar Martínez

Domingo, 29 de junio 2014, 13:17

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En la parte exterior noble del edificio Miramar, en primera línea de playa, se acumulan montañas de cascotes. Los camiones cargan restos de ventanas o puertas, añadidas para convertir el que fue el hotel de referencia de la aristocracia de principios del siglo XX en Palacio de Justicia. Impresionantes máquinas, que analizan el estado del subsuelo, dejan claro que avanzan a buen ritmo y, según lo establecido, los primeros trabajos para convertir este inmueble en el primer gran lujo de Málaga.

Tras seis años de estar cerrado a cal y canto, en un paseo por el interior de este edificio de la cadena Hoteles Santos en compañía de José Seguí, el arquitecto que ha diseñado el proyecto que abrirá sus puertas en la primavera de 2017, lo primero que se aprecia es el buen estado en que se encuentra el patio central que será el alma del Gran Hotel Miramar Málaga. «Lo más importante es que hemos constatado que el inmueble está muy sano, en una situación óptima. Así lo esperábamos porque es una de las contadas construcciones que en aquella época hicieron uso del hierro, que era algo incipiente en la edificación. Era una innovación absoluta, que en este caso se llevó a cabo influenciado por las ferrerías de la familia Heredia en la capital», apunta Seguí.

Estos primeros trabajos, en base a una licencia previa de derribo de los elementos añadidos en la anterior actuación del Palacio de Justicia y que fundamentalmente se concentran en el anillo perimetral del edificio, ya están dejando al descubierto la esencia y solemnidad de este edificio. De hecho el patio central cuenta con unos cierres provisionales para aislarlo ya del polvo del resto de actuaciones. Seguí señala la cubierta de esta zona, que sólo precisa ya de una limpieza a fondo para iluminar mejor que cualquier lámpara el eje principal de este hotel. Contrastan en este patio algunos elementos que hacen referencia a la arquitectura árabe. Seguí cuenta la anécdota que justifica su presencia: «Se puso muy de moda la Alhambra y al parecer se le pidió al arquitecto Fernando Guerrero Strachan que incorporara algún elemento en ese hotel que proyectaba para albergar a los aristócratas y realeza de los años veinte del siglo pasado. Strachan no tuvo más remedio que solventar la petición con un guiño en estos contados elementos de reminiscencia árabe», explica.

Las actuaciones de la empresa malagueña especializada en rehabilitaciones de edificios Obras y Restauraciones Picasso (ORP) también han dejado a la vista el buen estado de solerías como la del patio o el salón de baile, convertido este último en sala para la celebración de macrojuicios, como fue el de la antigua Intelhorce. Con una terraza majestuosa, en la que esperaron largas horas los numerosos imputados en aquel proceso, esta sala comienza ya a tener visos de su vuelta al origen. «El objetivo es volver a implantar el diseño de la planta original tal como la concibió el arquitecto Fernando Guerrero Strachan para su uso inicial de hotel. Se trata de realizar un cuidadoso trabajo previo de recuperación rigurosa de los elementos arquitectónicos originales», dice.

Desde esta terraza se comprueba que el trasiego de camiones y operarios se ha trasladado a esta zona. Seguí señala hacia la esquina e indica que la piscina se colocará en su situación inicial y explica que ahora se trabaja en analizar el estado del subsuelo para las actuaciones del aparcamiento de 109 plazas.

De nuevo, en el interior, el arquitecto Seguí asegura que se cuenta con la suerte de que los trabajos consistirán en recuperar precisamente un uso hotelero para el cual fue concebido originalmente. «Es precisamente la calidad arquitectónica del edificio lo que nos ayuda a rehabilitar las plantas superiores de habitaciones simplemente rescatando sus trazas originales. Es la gran virtud de la buena arquitectura. El edificio habla por sí mismo siendo nuestra labor ayudar a que pueda expresarse y recuperar esa imagen oculta pero ineludible de su composición arquitectónica inicial», precisa.

En pocas semanas los cambios saltan a la vista. «La acción de la intervención será precisamente para conservar y recuperar los elementos arquitectónicos originales del edificio. Para ello se ha realizado una compleja labor de levantamientos de todos los detalles arquitectónicos originales mediante nuevos sistemas informáticos BIM o en tres dimensiones, ya que el rigor exigido de la información requería procesos de diseño más completos y eficaces que el clásico sistema de Auto-Cad que hasta ahora empleábamos», cuenta.

Cada detalle recuerda ese pasado de la etapa más brillante de la burguesía industrial y culta malagueña, que repercute en edificios como el Cervantes o la calle Larios. «Tenemos un profundo compromiso con la herencia histórica, sin renunciar a las nuevas tecnologías que la modernidad nos exige integrar para preparar su viaje al futuro. Pasado y presente son dos conceptos a integrar para definir el futuro del edificio. Es un principio que hemos seguido en otras experiencias anteriores como las rehabilitaciones del Teatro Cervantes, Cámara de Comercio, Palacio de Diezma, Banco de España ó más recientemente en la Manzana de Félix Sáenz», rememora.

Seguí asegura que espera que las obras estén totalmente terminadas en un plazo de 18 meses, antes de finales de 2016, y destaca la propuesta del Spa y de la terraza de la cubierta como dos originales usos complementarios que cualificará la oferta de un hotel de referencia.

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