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‘Eugene Goostman’ es un adolescente de 13 años que solo existe dentro de un ordenador
Un ordenador supera la prueba más popular sobre inteligencia artificial

Un ordenador supera la prueba más popular sobre inteligencia artificial

La Universidad de Reading anuncia que, por primera vez, una computadora ha superado un test de Turing, la prueba oficiosa que examina la ‘inteligencia’ en una máquina mediante una serie de conversaciones con humanos

b. r.

Lunes, 9 de junio 2014, 16:31

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Eugene Goostman es un adolescente de 13 años que solo existe dentro de las tripas físicas y lógicas de un superordenador. Y es la primera personalidad artificial que ha superado un test de Turing, una prueba clásica para distinguir las inteligencias de un ser humano y una máquina a través del intercambio de preguntas y respuestas. Durante un evento celebrado en la universidad de Reading (Reino Unido) consiguió confundir a un tercio de los jueces, que pensaron que conversaban con una persona.

«Si un ordenador consigue que lo confundan por un humano más de un 30% de las veces durante una sucesión de conversaciones escritas de cinco minutos, supera la prueba», asegura la universidad anfitriona en un comunicado. «Ninguna máquina lo había conseguido hasta ahora». Eugene Goostman, el adolescente artificial, consiguió engañar a un 33% de los jueces humanos participantes. No es el primero que logra convencer a una persona de que no es un robot, pero sí el único que lo ha hecho con tantos.

La prueba que superó Eugene Goostman está inspirada en un reto que propuso el matemático Alan Turing, uno de los padres de la informática moderna, en 1950, como una aproximación razonable a la pregunta de si las máquinas pueden pensar. En su versión actual un grupo de jueces mantiene conversaciones de unos pocos minutos mediante un teclado y una pantalla tanto con personas como con ordenadores, y tienen que determinar su naturaleza de sus interlocutores. Aunque buena parte de la investigación en inteligencia artificial ahora se mueve por otros derroteros, la gesta tiene una gran carga simbólica por ser uno de los retos que dio nacimiento a la disciplina.

Alan Turing

«Soy de la opinión de que, en unos 50 años será posible programar ordenadores para que participen en el juego de la imitación suficientemente bien como para que el interrogador medio no tenga más de un 70% de posibilidades de hacer una identificación correcta tras cinco minutos de preguntas», afirmaba Alan Turing en su artículo Computer Machinery and Intelligence. Con catorce años de retraso una máquina ha cumplido esta predicción.

Eugene Goostman, que casualmente también tiene 13 años de vida real su primera versión data de 2001, es una creación de los rusos Vladimir Veselov y Sergey Ulasen, junto al ucraniano Eugene Demchenko. Es un chatbot. Es decir, es un programa informático capaz de mantener conversaciones escritas a través de la pantalla del ordenador. Sus distintas versiones han conseguido varios segundos puestos en la competición Loebner Prize de inteligencia artificial, una de las más prestigiosas del mundo. Su última hazaña le ha valido, esta vez, el primer puesto en el Turing Test 2014, un evento organizado por la Royal Society el pasado 7 de junio, en el sexagésimo aniversario de la muerte de Alan Turing.

La idea principal tras la personalidad de Eugene Goostman es «que puede asegurar que sabe de todo, pero que su edad haga completamente razonable que no sepa de todo», declaró Vladimir Veselov, uno de sus padres, en un comunicado. «Hemos dedicado mucho tiempo a desarrollar un personaje con una personalidad creíble. Este año hemos mejorado el control de diálogo, lo que hace que la conversación sea mucho más humana».

«En el campo de la inteligencia artificial no hay ningún hito tan icónico o controvertido como el test de Turing», aseguró Kevin Warwick, profesor de la universidad de Reding, anfitrión del evento. El auténtico valor de haber superado la prueba, afirma, está en que Eugene Goostman lo ha hecho con las condiciones más complejas posibles. «Esta prueba ha implicado más tests comparativos simultáneos que nunca, ha sido verificado de manera independiente y, además, las conversaciones no estaban restringidas».

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