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Una joven trabaja con su ordenador.
Wifi a velocidad de la luz

Wifi a velocidad de la luz

El lifi es una prometedora tecnología que permitirá multiplicar por cien la calidad de las conexiones a internet con un chip en una bombilla

Michael McLoughlin

Domingo, 10 de enero 2016, 07:31

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Una pequeña bombilla LED, la misma que se puede utilizar en su salón, dormitorio o cocina, puede ser capaz de transmitir la misma información que esas mastondónticas antenas de telefonía móvil. Esta tecnología puede dejar obsoleta las saturadas conexiones wifi, un sistema con el que millones de personas conviven desde hace una década.

Lifi. Ese es el invento llamado a revolucionar la conexión a internet y la transmisión de datos. Utilizando únicamente la iluminación, se espera que se puedan alcanzar velocidades medias de diez gigabytes por segundo. Es decir, que a pleno rendimiento podrías descargarte más de 30 películas en alta definición en un tan solo un minuto. El lifi fue parido en 2011. El padre de la idea fue Harald Haas, un investigador de la Universidad de Edimburgo (Escocia). «Cualquier fuente de iluminación podrá convertirse en un punto de acceso a internet solo con un microchip», asevera Haas.

A pesar de que este ingeniero puso en juego su descubrimiento hace tres años, no ha sido hasta hace unas pocas semanas cuando se ha podido poner a prueba para comprobar todo su potencial. Hasta el momento no se había encontrado un lugar adecuado para estos exámenes y todo se había limitado a pequeños bolos como el realizado en la feria CES de Las Vegas de 2012. Allí, utilizando dos teléfonos Casio -sí, existen-, se pudo comprobar cómo los terminales intercambiaban paquetes de información modulando el brillo de sus pantallas.

Código morse

  •  Pero ¿cómo funciona? Básicamente, como el código morse. Un modular instalado en una bombilla sería el encargado de hacer que esta se encienda y se apague para dar forma al código binario, idioma que habla la informática. No se preocupe, el proceso se repetiría millones y millones de veces en un solo segundo. Por tanto el parpadeo será imperceptible para el ojo humano pero no para los sensores que equipa la electrónica que nos rodea.

  • ¿Será el fin del wifi? No. Más bien será una manera de descargar esta tecnología ampliamente saturada. Uno no se puede olvidar de ese edén tecnológico conocido como el Internet de las Cosas. Todos los aparatos que nos rodean hablarán entre sí desde el coche a la nevera, pasando por la puerta, el termostato o su reloj. En siete años habrá casi 225 millones de dispositivos conectados.

  • Una cifra que, simplemente, no se puede soportar con las redes actuales. El espectro de ondas electromagnética está saturado y muchos analistas llevan advirtiendo la necesidad de crear una 'red paralela'.

  • Con el lifi cubriendo los grandes volúmenes de datos, los sensores que generan menor cantidad de información -por ejemplo, los de los contenedores de basura de una ciudad inteligente- tendrán barra libre con el wifi.

El lugar escogido ha sido un complejo industrial y empresarial de Tallín, la capital de Estonia. Los resultados marean: el lifi es básicamente cien veces más rápido de lo que puede ser el wifi. Ni más ni menos. Los test en los laboratorios se han saldado con una velocidad media de un gigabyte por segundo en la mayoría de ocasiones. Sin embargo, controlando todos los factores y con todos los elementos carburando al cien por cien se ha llegado a conseguir transmitir 224 GB por segundo. Una cantidad de datos similar a la que consume una plataforma como Spotify con 313.000 minutos de música en streaming.

Una de las grandes ventajas que señalan los expertos sobre el lifi es su seguridad. No hay que olvidar que la señala de los routers wifi son susceptibles de ser pirateadas, lo que permite a otros usuarios conectarse a tu red. La luz, a día de hoy, no atraviesa las paredes. Esto significa que la señal que emitan los puntos de conexión luminosos servirán solo para una estancia determinada y nadie que esté fuera de la habitación puede acceder a ellas, al contrario de lo que pasa con las ondas de radio.

En una casa o en una oficina, bastaría con colocar bombillas adaptadas en la red de iluminación para disfrutar de las bondades en todas las estancias o despachos. En la calle se podría instalar en las farolas o en los focos de los automóviles para poder intercambiar información entre los vehículos y así evitar accidentes.

Otra de sus grandes ventajas es que no interfiere en otros equipos como puede ocurrir con el wifi, el bluetooth o las redes móviles. Solo hace falta recordar los años que han tenido que pasar para que encontrar una solución que permitiese conectarse a Internet a diez pies de altura en un avión y aún teniéndola las compañías que ofrecen el servicio llegan con cuentagotas. Con el lifi este problema no existiría.

La luz y su potencia de transmisión también ha servido para crear un microprocesador hasta cien veces más potente de los que a día de hoy vemos en ordenadores y teléfonos móviles, entre otros gadgets.

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