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Ventajas y consejos para optar por las bombillas LED

Ventajas y consejos para optar por las bombillas LED

Se calcula que si toda la iluminación mundial cambiase a LED los ahorros potenciales ascenderían a 128.000 millones de euros y la reducción de 670 toneladas de emisión de CO2

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Martes, 24 de noviembre 2015, 12:59

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La tecnología LED supone la principal revolución tecnológica en el campo de la iluminación desde la creación de la bombilla eléctrica a finales del siglo XIX. El ser humano necesita iluminación artificial una vez cae la noche, para poder continuar con la actividad. Actualmente, se suma la importante tendencia de la preocupación por el medio ambiente, que nos lleva a pensar en fuentes de iluminación más eficientes.

Si tenemos en cuenta que el 19% del consumo energético mundial es iluminación, los potenciales de ahorro derivados del uso de la tecnología LED son muy elevados. Se calcula que si toda la iluminación mundial cambiase a LED los ahorros potenciales ascenderían a 128.000 millones de euros y la reducción de 670 toneladas de emisión de CO2. Los hogares pueden contribuir a estos ahorros adoptando medidas y soluciones eficientes energéticamente, como la iluminación LED.

Ventajas de usar tecnología LED

La tecnología LED presenta una serie de ventajas frente a fuentes de iluminación tradicionales que las hacen aptas para cualquier tipo de instalación. Destaca su bajo consumo energético, que puede llegar a ser hasta el 90% menor que una incandescente, y su larga vida útil, hasta 50.000 horas vs 1000h de las bombillas incandescentes.

Esta mayor vida útil se traduce en menores constes de mantenimiento y de sustitución. Al mismo tiempo, facilita su reciclaje, ya que no contiene metales pesados como el mercurio. Tampoco presenta radicación IR (infrarrojos) ni UV (ultravioleta).

Las soluciones basadas en tecnología LED son fáciles de instalar, en la mayoría de los casos por reemplazo directo, y se pueden regular y orientar de una forma sencilla, ofreciendo luz dónde y cuándo se necesita, evitando derroches lumínicos. También presentan un encendido y reencendido instantáneo.

Finalmente, al tratarse de tecnología digital, podemos sumar sistemas de control de la iluminación, así como la posibilidad de dinamismo, permitiendo el cambio de color o en la escala de blancos (frío-cálido). Esta funcionalidad permite adaptar la iluminación a las necesidades de cada momento, tanto en lo hogares como a nivel profesional.

Cómo elegir una bombilla LED

La gama de productos Philips existente en el mercado de bombillas LED es muy amplia y completa. Dependiendo del uso que tenga, la elección de la mejor solución puede suponer un dilema para el consumidor. A la hora de elegir una bombilla LED hay que tener en cuenta cuatro pasos básicos.

En primer lugar, se sitúa la elección del casquillo. Existen multitud de casquillos disponibles y es básico elegir en función del soporte al que se vaya a acoplar. Entre los más comunes destacan E27, E14, GU10 o G4, pero no son los únicos.

En segundo lugar, deberíamos elegir la temperatura de color que queramos ya que esto implica el tipo de iluminación que nos dará. Hasta 2700ºK se considera blanco cálido (amarillento) y es ideal para entornos íntimos y agradables donde se busque un ambiente relajado como en dormitorios y salones. Entre 3000ºK y 6500ºK se considera blanco neutro, perfecto para crear una iluminación general y de trabajo, como en cocinas, baños, zonas de estudio o pasillos.

La tercera elección es la potencia y el consumo que mejor se adapte a la cantidad de luz que se necesite. Para ello se usan los lúmenes (lm) y no los vatios (W). La diferencia es que los lúmenes indican la cantidad de luz que emite cada bombilla y los vatios su consumo. Por ejemplo, 806lm equivaldrían a una bombilla incandescente de 60W y a una de LED de 9W.

Finalmente, se encuentra la elección del grado de apertura. Esta elección cobra especial importancia a la hora de sustituir bombillas direccionales (como las halógenas) donde hay que tener en cuenta el grado de apertura de la bombilla LED para asegurar la adecuada distribución de la luz en el espacio.

Toda esta información debe estar reflejada en el embalaje de la bombilla siguiendo la normativa europea.

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