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Jueves, 24 de mayo 2018, 00:31
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Solo es un experimento, pero constata sobradamente lo que muchos conocen, algunos consienten y casi todas padecen. Es la realidad de las mujeres cuando, al calor de la muchedumbre y en un ambiente desenfadado y de diversión, sufren las extralimitaciones de hombres que invaden su espacio personal, tocan donde no deben y se toman libertades que nadie les ha dado. Son indeseables 'moscardones' que no respetan, que insisten en meter mano una y otra vez. En el caso que nos ocupa, «hasta 40 veces en una hora».
En un contexto social especialmente sensibilizado después del movimiento #MeToo, de la huelga feminista del pasado 8 de marzo o de la sentencia de 'La Manada', triunfa en las redes sociales una campaña de la marca de refrescos Schweppes en Brasil: 'The Dress for Respect' ('El vestido para el respeto'). Se trata de un traje 'inteligente' capaz de contabilizar los tocamientos más o menos 'accidentales' que sufre la mujer que lo lleva puesto durante una noche de fiesta. En un país en el que el 86% de la población femenina es objeto de acoso en locales nocturnos, esta prenda con sensores pudo cuantificar lo que cabía esperar: en tres horas y cuarenta y siete minutos, tres chicas fueron manoseadas 157 veces sin su consentimiento en las caderas, la espalda y otras partes del cuerpo más comprometedoras en un local de Sao Paulo.
Gracias a los sensores instalados en el tejido, el vestido registró cada estímulo y roce que recibía el cuerpo femenino y envió los datos, a través de wifi, a una unidad de control. En paralelo, distintas cámaras colocadas en la discoteca grabaron todos los momentos en que diferentes hombres las sobaban reiteradamente, las agarraban e, incluso, retenían a pesar de sus quejas y oposición.
La singular campaña publicitaria contiene un vídeo elaborado a partir de testimonios directos de víctimas que dan argumentos para combatir unos 'microabusos' que, por cotidianos, no son menos trascendentes. Y, por supuesto, se ha hecho viral. Durante los pasados carnavales, las brasileñas se movilizaron más que nunca en torno al 'No es no' para poner freno al acoso sexual: pegatinas y tatuajes en demanda de respeto hacia el cuerpo femenino y el fin de comportamientos machistas que aún hoy se ven como naturales por un amplio sector de la población masculina dominaron los desfiles.
En el anuncio de la conocida marca de refrescos, Luisa, Tatiana y Juliana (las tres mujeres que se ofrecieron a participar en el experimento) apenas pueden moverse entre la multitud sin ser molestadas y magreadas por desconocidos. «La mujer no es un animal al que acorralar y capturar», denuncia una de las protagonistas de la prueba. «Intenta acercarte a mí con calma y habla conmigo sin tocarme», añade otra.
Con los datos en la mano, el 'spot' interpela en su tramo final a los hombres y les plantea una misma cuestión a todos, en la que solo varía la última palabra: «¿Y si se aborda a las mujeres con elegancia/inteligencia/sentido del humor/respeto?».
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