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Septum, el arte de tunearse la nariz

Septum, el arte de tunearse la nariz

Famosas como Rihanna, Zendaya o la bloguera Chiara Ferragni son algunas de las primeras en incorporar este accesorio en sus looks

andrea rodriguez

Domingo, 17 de septiembre 2017, 01:45

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Septum. Para los amantes del universo piercing puede resultar una palabra conocida, pero para el resto de los mortales adquiere un sentido inexplorado. Al hablar de Septum, se refiere al situado en la zona nasal, ya que esta denominación también se utiliza para cualquier membrana que separe dos zonas de un mismo órgano. Por tanto, en este caso, su nombre proviene de la palabra del latín‘septo’, una pared de cartílago que divide la fosa nasal o coloquialmente conocido como tabique nasal. Sin embargo, el orificio no se realiza a través del cartílago, sino que el aro atraviesa una pequeña porción de piel sensible que comienza donde finaliza el tabique. La imagen podrá vincularse con el parecido de los anillos que llevan algunos toros salvajes en Argentina con la finalidad de domarlos y así, convertirlos en animales más dóciles. Aunque para muchas personas, el Septum significa mucho más, una seña de identidad. Para Julia López, estudiante malagueña de 22 años, representa su personalidad y un símbolo más de su propia imagen. “El Septum me encantó desde la primera vez que se lo vi a una chica por la calle y me sirvió de inspiración para encontrar mi estilo”, subraya López que desde entonces no se ha desprendido de él.

Aunque esta idea contrasta con la razón de su nacimiento. En zonas rurales de la India, Nepal y Bangladesh, de donde se considera que son originarios, los hombres lo ofrecían como obsequio a sus mujeres para favorecer la fecundidad puesto que para ellos, la nariz es un punto enérgico que representa una conexión espiritual con el órgano reproductor femenino. También era un símbolo para reconocer a las mujeres casadas y debía presentar siempre la misma forma: una joya dorada con la figura de lágrima colgada de un aro que provoca su movimiento. Unas creencias idílicas si se obvia lo lógico. El acto de agujerear una parte del cuerpo conlleva una serie de molestias como explica Alberto Corzo, “En alguna ocasión se me ha quedado enganchado mientras dormía y ha sido doloroso”. No por ello implica que deba ser incómodo, pero en el momento que se incorpora una pieza externa, existe la posibilidad de que pueda ocurrir.

Pero, en la actualidad, el mejor ejemplo de que el Septum está de moda llega de la mano de las más famosas. Scarlett Johansson fue de las primeras en llevarlo durante una aparición en la alfombra roja cuando nadie apenas conocía su existencia. La explosiva Rihanna o Zendaya, la chica Disney de moda, también han querido unirse al club y decorar sus looks con estos pendientes atípicos. Esta última, además lo utilizó para cambiar su imagen infantil de niña buena para adentrarse de pleno una apariencia más rebelde como también realizó ya en su día Miley Cyrus.

La conocida bloguera internacional, Chiara Ferragni, optó en numerosas ocasiones por utilizar la versión ‘de mentira’ para lucir la pieza sin necesidad de perforarse la nariz, una opción muy utilizada por las “it girl” que no quieren dejar de estar a la moda bajo ningún concepto. Algunas españolas como Blanca Suárez y Verónica Echegui han sido las inspiradoras en nuestro país de una corriente propia de los años 90 cuando los aros en la nariz y el ombligo eran la nueva tendencia.

Por su parte, el diseñador italiano Riccardo Tisci lo incorporó por primera vez en la pasarela de Alta Costura de París con su colección de primavera para la marca Givenchy en 2012, y desde entonces, no ha dejado de aparecer en desfiles de otras firmas como Jean Paul Gaultier o Carven. Lo que en sus orígenes se concebía como una costumbre religiosa, en los últimos tiempos se ha convertido en un complemento indispensable para estar a la moda.

Pero, la nariz es una de las partes del cuerpo por donde pasan más terminaciones nerviosas y por ello, el proceso de cicatrización resulta muy tardío con una duración entorno a los seis u ocho meses. Aunque, Iciar Orozco, una anilladora y dueña de la tienda Tarantula Tattoo en el centro de Málaga, afirma que “a partir del primer mes o mes y medio se puede intercambiar el piercing”. La profesional, que cuenta con una experiencia de 21 años en el sector, incide en la importancia de asistir a un centro homologado que presente personal cualificado para realizar cualquier perforación ya que “existen muchas personas que ejercen la práctica de manera ilegal”, incide Orozco. En cuanto al diámetro, debe tener una longitud de 1,6 mm o 1,2 mm como mínimo y el material siempre de acero quirúrgico o titanio esterilizado.

¿Y qué tipos de Septums se pueden encontrar?

El Aro o ring es el más conocido. Presenta una forma sencilla de arandela que resulta más útil para los primeros meses. Como se explica anteriormente, la cicatrización conlleva una larga duración y esta variedad es la apropiada para la primera etapa ya que no supone ningún riesgo para el usuario de quedar atrapado en la ropa por contar con una estructura totalmente cerrada.

El Tornillo o Screw destaca por su extraña silueta. Normalmente, el piercing del Tornillo cuenta con dos partes, la primera de manera recta y antes de finalizar se ondula creando una forma de L y por tanto, evita la incorporación de otra pieza para cerrarlo. Otra figura es la espiral, una doble hélice que permite enroscar el piercing como si de un tornillo se tratase.

U-Bend, un pirsin -calificativo aceptado por la Real Academia Española- en forma de U, de ahí su nombre. La figura es abierta en sus extremos y suele cerrarse a través de piezas con diferentes formas, aunque las más comunes son unas pequeñas bolitas. La variedad consta de tantas opciones como gustos y además, una de las ventajas más importantes de este diseño recae en la posibilidad de esconderlo siempre que se desee dentro de la nariz. Una propuesta peculiar que admite elegir el momento y la circunstancia en la que se quiere mostrar el complemento, como cuenta Julia López, que decidió escoger este tipo de piercing para que sus padres no pudieran verlo en un principio. Este es el caso de muchos jóvenes que al cumplir los 18 años celebran su entrada a la madurez con un piercing como símbolo.

Spikes es otra de las opciones aunque más horizontal. A pesar de ser parecido al anterior, su nombre se debe a las partes puntiagudas que contienen sus terminaciones como si de una flecha se tratara. Este tipo de joya es elegida por los más atrevidos, ya que marcan un estilo más punk.

La elección del tipo de pieza que se quiera incorporar depende de cada uno, aunque Iciar López explica que "es necesario un modelo con un grosor y medida determinado, ya que de ser más pequeño de lo establecido puede producir una inflamación y la posterior infección que conlleva”.

Los cuidados requieren de paciencia y una limpieza básica. Lo recomendable es lavar el piercing mínimo dos veces al día con suero fisiológico o jabón antibacteriano porque al ser una zona sensible se debe mantener aseado para evitar posibles infecciones. Una de las dudas más comunes surgen por el tratamiento ante los resfriados ya que su ubicación lo dificulta en numerosas ocasiones. “Esos rumores que cuentan no son ciertos, cuando estuve con gripe tenía que sonarme la nariz con bastante frecuencia y el piercing no me dio ningún problema ni dolor”, afirma Paula Sánchez, una estudiante de 23 años que aún conserva su arandela desde que decidiera hacérselo hace 4 años. Aunque no es recomendable para personas que padezcan alergias severas o sinusitis. Para los interesados, su precio oscila entre los 20 y 30 euros dependiendo del tipo de anestesia utilizada y también el anillo que se desee poner.

Por tanto, el Septum es una novedad inspiradora para el mundo de la moda y que cada vez cobra mayor presencia en la sociedad, porque en pleno siglo veintiuno ¿quién no tiene un amigo con un piercing en alguna parte de su cuerpo?

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