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Smoothies y zumos detox. ¿Un camelo?

Smoothies y zumos detox. ¿Un camelo?

Solo tienes que darte una vuelta por Internet para ver el negocio que se está creando en torno a estas bebidas. Pero, ¿qué hay de cierto en lo que prometen?

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Sábado, 21 de octubre 2017, 00:16

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Vivimos en el mundo de la inmediatez, la paciencia no está de moda y todo parece estar a tan solo una búsqueda de Google de distancia. Queremos las cosas rápidas, bonitas y, a ser posible, en un llamativo envase o que un atractivo famosete, reconvertido en nuevo gurú del fitness, lo promocione.

Los zumos parecen poseer todas esas cualidades y se han convertido en la piedra angular de muchas dietas que no ahorran en promesas de una vida repleta de armonía y equilibrio. Armonía y equilibrio que suele estar avalada por una radiante sonrisa de la celebrity o influencer que respalda o crea dicho régimen.

Por lo pronto es recomendable utilizar el anglicismo “smoothies”, una palabra mucho más glamurosa y estimulante que “batido”. De un smoothy si podemos creer que regule nuestro metabolismo, depure nuestro organismo e incluso repare el ADN. De un batido parece más difícil.

La moda “Detox”

De todas las cualidades que se adjudican a estos brebajes, la de ser detoxificante es la que mejor funciona. Da la sensación de que como es algo líquido que bebemos nos resulta fácil asociarlo con la limpieza y si encima nos lo separan por colores vemos perfecta lógica entre la ensoñación que nos plantean y la realidad.

Ensoñación porque nada tienen de detoxificante estos zumos por mucho que utilicen el último alimento bautizado con el prefijo súper o la atávica semilla de moda proveniente de medio oriente.

La eliminación de toxinas dentro de nuestro organismo es algo muy complejo con dos claros protagonistas, el riñón y el hígado. Las reacciones metabólicas que rigen estos procesos son complejísimas y no dependen de si te has tomado un zumo de remolacha salvaje con hinojo o si la semilla de chía que has utilizado tenía el certificado de ecológica.

Asociar que tu medio interno va a estar más o menos contaminado en función de si bebes una determinada mezcla de frutas u otra supone ignorar que la sangre o el plasma intersticial se mantienen en un delicado equilibrio que admite muy pocas variaciones y que, obviamente, no puede estar condicionado por el color de la verdura que has decidido añadir a la batidora.

Batidora mejor que licuadora

Tomar zumos no es lo mismo que tomar fruta. Esta afirmación puede alterar el ánimo de más de un confiado consumidor. Pero más si digo que pueden ser un factor de riesgo incluso utilizando las naranjas ecológicas que tiene tu tío en el valle del Guadalhorce.

Un zumo supone no masticar la fruta, por lo que perdemos el efecto saciante de este proceso, de forma que seremos capaces de bebernos mucha más fruta de la que nos comeríamos, con el consiguiente incremento calórico.

También desechamos la mayor parte de la pulpa y la fibra que contiene la fruta. Estos elementos hacen que la digestión sea más pausada y razonable. Haciendo que los azúcares de la fruta no engorden ni supongan una liberación masiva de insulina por parte del páncreas. La fibra continuará por el tracto digestivo haciendo muy dichosa a tu flora intestinal y ayudando a que las visitas al baño se colmen de felicidad.

Estamos viendo que no hay nada como tomar la pieza de fruta entera o que hay que mantenerse descreído ante las propiedades mágicas que se asocian con algunos productos, pero eso no quiere decir que todo sea malo. Al contrario, esta moda de mezclar frutas y verduras es más que positiva aunque no la panacea que algunos venden.

Los zumos son poco más que agua cargada de azúcares, así que huye de las licuadoras que desechan la pulpa y la fibra. Las batidoras pueden ser un buen aliado para tomar las raciones de fruta y verdura que en otro caso serían difíciles de alcanzar.

Sentido Común

Solo tienes que darte una vuelta por internet para ver el negocio que se está creando en torno a los batidos-smoothies. Hay dietas que dependen por entero de ellos o planes detox con diferentes tipos de zumos, durante una semana, sin más criterio que una suerte de intuición extracorpórea del fabricante. El elemento común que comparten es el precio exorbitado de dichas bebidas y que alguna de ellas tiene combinaciones peculiares o exóticas sin ninguna evidencia científica que hagan lo que dicen hacer.

La mejor opción, siempre, el sentido común. Coge las ganas de alimentarte bien, los 50 euros que te ibas a gastar en tu plan detox y vete al mercado de tu barrio a cargarte de fruta y verdura de temporada, la relación calidad-precio de este consejo será difícilmente superable.

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