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Un tercio de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales

Un tercio de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales

El 25% de los escolares padece defectos visuales, como miopía o hipermetropía, que afectan el rendimiento académico y deportivo si no se detectan a tiempo

redacción

Viernes, 2 de septiembre 2016, 17:31

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Un tercio de los casos de fracaso escolar está directamente relacionado con problemas visuales sin corregir, según un estudio del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, pues pueden afectar negativamente al proceso de aprendizaje, al desempeño en los deportes y en los juegos y a la relación con los demás. Los expertos aseguran, además, que ni el retraso ni el fracaso escolar está relacionado con las capacidades o inteligencia de los alumnos. Tiene su causa en «anomalías visuales de índole refractiva o de coordinación entre ambos ojos».

«La visión, el sentido más importante a cualquier edad, desempeña un papel fundamental durante la infancia, etapa en la que se produce el desarrollo físico y formativo de la persona», señala Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. «Cuando un defecto visual no se detecta ni se trata a tiempo, el cerebro de los más pequeños se va adaptando a esa deficiencia, lo cual no es positivo y contribuye a que pase desapercibida».

Entre los problemas que pueden surgir durante los años escolares están la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la ambliopía, uno de los problemas visuales que más influyen en el retraso escolar, también conocido como ojo vago, que afecta sobre todo a niños menores de 7 años. Con este trastorno, el estudiante presenta una agudeza visual menor a lo considerado normal, que mejora muy poco con el uso de lentes.

Para lograr un diagnóstico a tiempo, los expertos sugieren prestar atención a si el niño tiene alguno de estos comportamientos:

-Se acerca mucho a los libros o a la televisión.

-Se distrae al leer y tiene baja comprensión de lo leído.

-Valorar si el niño se fatiga cuando está sometido a estímulos visuales.

-Tiene una mala escritura a mano.

-Acusa de tener la visión borrosa, tanto de lejos como de cerca.

-Entorna los ojos para mirar o fijarse en detalles lejanos.

-Adopta posiciones de tortícolis (cuello torcido) cuando lee o hace los deberes, que a la larga pueden manifestarse como dolores de cuello o espalda.

-Con frecuencia padece astenopía (la conjugación de visión borrosa, fatiga visual y dolor de cabeza).

-Es hiperactivo durante la clase.

-Invierte letras.

-Tiene bajo rendimiento escolar

«Algunos trastornos del aprendizaje llevan asociados problemas de visión, por lo que, siempre que un niño tenga dificultades con sus tareas escolares la primera estrategia es buscar las causas que las producen a través de la participación de maestros, psicólogos y ópticos-optometristas», concluye Martínez Moral.

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