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40% de la población sufre un episodio en su vida.
Cómo combatir el reflujo gastroesofágico

Cómo combatir el reflujo gastroesofágico

Se considera una enfermedad si se sufre más de dos veces por semana, lo que le ocurre al 16% de los españoles. La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) da unas pautas para su control

redacción

Martes, 6 de mayo 2014, 16:50

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Alguna vez en la vida, el 40% de la población sufre un episodio de reflujo gastroesofágico (ascenso del contenido gástrico al esófago), pero se considera una enfermedad cuando sucede al menos dos veces por semana, afectando la calidad de vida. La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), que celebrará su LXXIII Congreso Nacional del 14 al 16 de junio en Valencia, estima que la prevalencia del reflujo gastroesofágico en la población española es del 16%.

El reflujo es algo normal que sucede varias veces al día en personas sanas, explica Manuel Rodríguez-Téllez, especialista del aparato digestivo y experto de la SEPD. Cuando ese reflujo ocasiona síntomas como ardor o acidez (pirosis), regurgitaciones del contenido del estómago u otras complicaciones, es cuando se cataloga como enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Puede suceder porque el esfinter esofágico inferior se relaja más veces de lo normal de forma espontánea, o que la válvula esta débil y cede ante cualquier presión, o debido a una alteración anatómica como una hernia de hiato.

Segun diversos estudios, entre 70% y 90% de los pacientes responden al tratamiento con farmacos inhibidores de bomba de protones (IBP), que suprimen la secreción ácida gástrica, mantiene el doctor Rodríguez-Téllez. Los IBP (los comercializados en España son omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabeprazol y esomeprazol) son el principal y el mejor tratamiento para controlar eficazmente el reflujo gastroesofágico. Son los mejores que nunca han existido y posiblemente los únicos que conoceremos en los próximos años, aunque existe un porcentaje de pacientes, entre el 10% y el 30% que no responden al tratamiento y que padecen lo que se denomina reflujo gastroesofágico refractario.

Tres recomendaciones de los expertos:

-Seguir un tratamiento farmacológico adecuado bajo control médico.

-Cambiar de hábitos alimenticios para lograr perder peso, pues la obesidad produce más presión en el abdomen; no saciarse en las comidas; mantener una dieta sin exceso de grasas, chocolate, café, te, alcohol, tabaco y bebidas gaseosas.

-Elevar el cabecero de la cama, ya que la secreción de saliva facilita el lavado del ácido en el esófago. Los pacientes diagnosticados de reflujo gastroesofágico no deben abandonar nunca la medicación sin consentimiento y control médico porque las consecuencias pueden ser graves, dice el doctor Rodríguez-Téllez.

Cuando no se controla correctamente, el reflujo gastroesofágico puede provocar enfermedades como esofagitis (pequenñas heridas causadas por el ácido y la pepsina gástricos), la estenosis (inflamación crónica del esófago que puede provocar el estrechamiento del esófago y con el tiempo llegar a dificultar el paso de comida) y el esófago de Barrett, la más grave, que sustituye las células normales del esófago (escamosas) por células intestinales (metaplasia intestinal). Estas células intestinales tienen un pequeño riesgo de degenerar en células cancerosas. Estos pacientes deben tener un seguimiento regular para detectar precozmente el cáncer de esófago.

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