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Cuando un jefe es tóxico se notará en un carácter intransigente, inseguro, contradictorio, envidioso, explotador e invasivo, entre otras señales.
Cómo sobrevivir a un ambiente laboral tóxico

Cómo sobrevivir a un ambiente laboral tóxico

El doctor José Luis Carrasco, director de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Ruber Juan Bravo, explica las claves para contrarrestarlo

redacción

Sábado, 5 de noviembre 2016, 17:26

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Un buen ambiente laboral produce más satisfacción y bienestar que la categoría o el sueldo. Sin embargo, tener un compañero o un jefe tóxico puede amargarnos la vida.

Los maltratadores laborales pueden ser sutiles o directos, pero siempre son egoístas, bastante envidiosos, inseguros en el fondo a pesar de apariencias de suficiencia, y poco dados a la compasión o a sentirse culpables. Nunca se les encontrará enfrentándose a los jefes para defender una causa justa. Y lo peor, con cierta frecuencia se convierten en los jefes.

La Obra Social La Caixa-Caixa Forum de Palma de Mallorca ha incluido en su ciclo de conferencias sobre Cómo tratar con personas difíciles el tema de la relación difícil en el ámbito laboral, invitando al doctor José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría y director de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid (grupo QuirónSalud) a impartir al conferencia 'Cómo sobrevivir a compañeros y jefes difíciles'.

«Hablar sobre las relaciones tóxicas en el trabajo puede sonar a tópico o, simplemente, a repetir referencias manidas que otros cuentan. Pero hay una realidad en la que día a día conviven millones de trabajadores que asumen como parte de su trabajo aceptar unos tipos de relación nocivas para su salud e, incluso, para su productividad. Según un estudio de la Universidad de Georgetown, el 98% de las personas afirman haber experimentado conductas tóxicas en su lugar de trabajo», afirma el experto.

¿Cómo reconocerlos?

Para saber quién es realmente una persona tóxica en el trabajo debemos tener en cuenta que son aquellas que acaban absorbiendo tu energía emocional, como «vampiros emocionales», explica el doctor Carrasco. Cotillean, observan, ironizan sobre los fallos de los demás, convierten la crítica en un juego... En general, se conducen por un afán inconsciente de derribar tu seguridad y tu autoestima. A veces son incluso más directos en los ataques, sobre todo si son jefes.

Las relaciones laborales más inofensivas son las de tipo grupal, en las que los empleados se relacionan de manera colectiva. Pero como explica el doctor, «las relaciones grupales tienden a hacerse triádicas (Yo-TU-El/ella) o diádicas (YO-TU exclusivamente) y entonces las cosas se complican».

Es en estas distancias cortas donde mejor podemos detectar a un compañero tóxico, que suelen ser «ariscos, cortantes, hostiles, criticones, persecutorios, pasivo-agresivos, invasivos o competitivos», señala el doctor Carrasco.

En el otro lado está el jefe, que si es tóxico se notará en un carácter intransigente, hipercrítico, irritable, faltón, inseguro, contradictorio, envidioso, pasivo-agresivo, insensible y explotador, invasivo o dependiente.

Reconocer y comprender la toxicidad otorga la capacidad de desarrollar estrategias eficaces para repeler las interacciones tóxicas en el futuro.

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