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Las mujeres obesas tienen más abortos espontáneos

Las mujeres obesas tienen más abortos espontáneos

El sobrepeso reduce las posibilidades de un embarazo de éxito, sobre todo si se ha hecho un tratamiento de fertilidad. El 90% de las que deciden someterse a una endoscopia bariática lo hacen después de sucesivos embarazos

redacción

Jueves, 12 de mayo 2016, 13:04

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El 90% de las personas que deciden perder peso a través de un tratamiento de endoscopia bariátrica, como el balón intragástrico o el método Apollo, son mujeres con exceso de peso, adquirido tras sucesivos embarazos, seguidas de mujeres con sobrepeso que desean ser madres, según un estudio de la Unidad de Endoscopia Bariátrica del Hospital Universitario HM Sanchinarro de Madrid. «Mujeres que previamente presentaban un peso normal han ido incrementando su peso en sucesivos embarazos, llegando a un punto en que no son capaces de normalizarlo, tras múltiples intentos con los métodos convencionales», afirma el doctor Gontrand López-Nava, director de esta unidad y especialista en Aparato Digestivo y Endoscopia. «Es importante que tras acabar el periodo de lactancia, la mujer recupere su peso previo al embarazo lo antes posible, ya que a medida que pasa el tiempo, resulta mucho más difícil hacerlo».

Después vienen aquellas mujeres que quieren ser madres, de forma natural o mediante técnicas de reproducción asistida, y tiene sobrepeso u obesidad, debido a que el exceso de kilos reduce las posibilidades de un embarazo de éxito. «El exceso de peso está asociado a una elevada tasa de aborto en el primer trimestre y del fallo de implantación. Además, disminuye drásticamente las opciones de quedar embarazada también a través de un tratamiento de fertilidad, por lo que es fundamental normalizar su peso», explican desde esta unidad especializada.

«Es frecuente que incluso mujeres que ya han tenido un embarazo de alto riesgo por su obesidad, acuden a regularizar su peso antes de intentar un nuevo embarazo, para evitar las múltiples complicaciones que para ella o para el recién nacido han supuesto el exceso de peso en esos embarazos anteriores», dice el doctor López-Nava.

Además, la obesidad aumenta el riesgo de hipertensión arterial y diabetes gestacional, parto por cesárea, hemorragias, infecciones o tromboembolismos postparto, para la madre. También los hijos pueden acarrear una mayor tendencia a ser obesos en el futuro y padecer múltiples enfermedades en la edad adulta.

«Para evitar estas complicaciones es cada vez mayor el número de mujeres que atendemos por indicación de su ginecólogo para normalizar su peso antes de la gestación porque es la opción más recomendada en estos casos por su eficacia y no necesitar cirugía», concluye el doctor López-Nava. «Una vez realizado el tratamiento, hay que enseñar nuevos hábitos de vida que les permitan mejorar su forma de alimentarse e incorporar ejercicio físico en su rutina diaria. Esto es fundamental para que no retornen a hábitos nutricionales inadecuados y a una vida sedentaria».

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