¿En qué consiste el pánico escénico?

Pastora Soler anuciaba este lunes su retirada del mundo de la música debido a que padece pánico escénico. Una caída el pasado 8 de marzo tras un desmayo parece ser el origen de sus problemas, que parecían superados. Hasta que este domingo y tras una hora de concierto, sus miedos volvieron a surgir y le llevaron a cancelar el directo que ofrecía en Málaga.

Un miedo escénico que es un término muy usado, pero del que poco se conoce. Según María José Zoilo, profesora de Psicología de la UMA y socia de STANDBY Consultores, el pánico escénico "es uno de los miedos más fáciles de superar".

Según Zoilo, este padecimiento es habitual en músicos, cantantes o actores, porque son los que más se exponenen ante el público. De hecho, ese nerviosismo inicial antes de actuar, lo que muchas veces se denominan "mariposas" es normal, de ahí que lo que lo más importante sea "la intensidad". "No hay artista que no sienta esas mariposas. Superado ese primer momento, el artista lo aguanta y ejecuta su actuación", señala la experta.

Sin embargo, cuando esa fuerza interior, el miedo a no se sabe qué (ridículo, no estar a la altura de las expectativas ...) interfiere, el fallo se produce. A veces, dicho error es imperceptible por el público, pero se vuelve imperdonable para el artista. "Lo que a veces es una anécdota para algunos, para otros se vuelve en un obstáculo insalvable", señala María José Zoilo, a la vez que matiza que todo es superable y que ésta es una de las fobias más fáciles de tratar. "El porcentaje de personas que lo superan es muy alto", afirma Zoilo.

El miedo escénico, que tiene normalmente su origen en la autoexigencia, se manifiesta cuando el tiempo de disfrute se acorta y los pensamientos sobre el miedo llevan al cantante a 'salirse' del concierto, implicando, entre otras cuestiones, a ejecutar peor la pieza.

Tratamientos

En cuanto a cómo se puede superar el miedo escénico, las terapias son diversas puesto que cada maestrillo tiene su librillo y todo dependerá si se trata de algo esporádico (es mucho más difícil de tratar puesto que no se sabe cuándo se va a producir esa "interferencia") o de un padecimiento crónico.

Lo primero que debe saber el artista es que el público lo perdona todo menos la petulancia y el engreimiento. "Si el cantante falla, el público aplaude porque ese error lo hace más cercano. El fallo es humano", asevera Zoilo que apunta que lo importante es la naturalidad. Los artistas deben tener en cuenta que la audiencia "no está para juzgar, sino para disfrutar" y que perdonan, incluso, se lo pasan bien ayudando al cantante. "El público no demanda perfección, sino transmisión de sentimientos".

Las terapias se basan en la rebaja de ansiedad, la rebaja del miedo y en métodos para cortocircuitar esos pensamientos negativos.

Sin embargo, el miedo escénico no es solo una cuestión de artistas y cada vez más directivos, profesores e, incluso, alumnos lo padecen.