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Martes, 8 de agosto 2017, 21:18
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No ha tardado mucho la ciencia en explicar el extraño suceso que acabó con los pies y las piernas del australiano Sam Kanizay llenas de sangre tras una inmersión en el océano. La imagen de sus extremidades sorprendió ayer a medio mundo. Primero por lo llamativo de sus heridas y después por su escasa profundidad.ç
Según la cadena australiana ABC, los causantes de sus heridas fueron piojos de mar, unos animales pequeños que no resultan peligrosos ni dañinos para las personas. De hecho, su «misión» en el ecosistema no es otra que la de comer restos en descomposición de las aguas marinas. La bióloga marina Genefor Walker-Smith ha explicado las posibles causas de este suceso: «Sam debió pasar sobre un grupo de piojos que estaba comiendo algo. Puede que golpeara, por ejemplo, un cangrejo muerto y que eso les provocase».
También es posible que confundieran sus pies con carroña y que su ataque no obedezca a una acción defensiva. Pero ¿cómo es posible que Sam Kanizay no se diera cuenta de que le estaban atacando? Según el relato del joven, el agua estaba tan fría que las extremidades se le «durmieron», por lo que es posible que no sintiera la acción de los piojos marinos.
Conviene recordar que estos animales son inofensivos y se encuentran en cualquier playa. La aparatosidad de las heridas de Sam Kanizay se debió a que el joven permaneció en el agua cerca de 30 minutos. Solo con una exposición tan prolongada es posible que surjan unas heridas como las que encontró el joven al salir del mar.
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