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El tratamiento es capaz de eliminar las células madre anormales, responsables últimas de la enfermedad
Estrógenos para curar la leucemia

Estrógenos para curar la leucemia

Investigadores españoles descubren que un fármaco para el cáncer de mama puede usarse para combatir ciertas leucemias

Daniel Roldán

Jueves, 4 de diciembre 2014, 21:00

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No era el fin último de la investigación, pero el laboratorio ofrece sorpresas agradables. Eso es lo que les ha pasado al grupo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) dirigido por Simón Méndez-Ferrer cuando estaban trabajando con el tamoxifeno, un fármaco análogo de los estrógenos, las hormonas sexuales femeninas, que se usa para combatir el cáncer de mama. Además, también es usado en los laboratorios para experimentar con animales modificados genéticamente. «Nos dimos que tenía efectos en la producción de sangre», comenta el investigador. «En un principio no buscábamos la leucemia pero tras ver los efectos que tenía sobre los progenitores sanguíneos hacía como un posible candidato antileucémico», añade.

De esta manera descubrieron que el medicamento era capaz de regular las actividad de las células madre sanguíneas de la médula ósea e influir así en el desarrollo de algunos tipos de leucemia -las neoplasias mieloproleferativas- y otros trastornos de la sangre. El estudio, en el que han colaborado los laboratorios de los doctores Jürg Schwaller y Radek Skoda del Hospital Universitario de Basilea (Suiza) ha sido publicado en la revista Cell Stem Cell comprobó que tenía un efecto muy distinto en ratones sanos y enfermos. Cuando se administra a roedores normales produce la muerte celular de los progenitores multipotentes, mientras que las células madre aceleran su división y pierden parcialmente su funcionalidad. En cambio, cuando se administra a animales enfermos, se observa un bloqueo de los síntomas y la progresión de la enfermedad. En definitiva, un efecto terapéutico.

A esto se le añade otra ventaja. Estos efectos no causan apenas ninguna alteración en el resto de las células sanguíneas, que se mantienen en niveles normales incluso después de tratamientos muy prolongados con el fármaco, no apreciándose ninguna toxicidad. Se observó que, a diferencia de lo que ocurre en el cáncer de mama -donde el tamoxifeno bloquea la acción de los estrógenos- en las células sanguíneas la droga actúa imitando la función de la hormona.

Sin tratamiento

Las neoplasias mieloproliferativas, como la policitemia vera, son tumores frecuentemente causados por una mutación en el gen que produce la proteína JAK2 en las células madre sanguíneas, y no existe para ellas ningún tratamiento curativo, con la excepción del trasplante de médula ósea, solo recomendado en una minoría de pacientes. La enfermedad provoca la acumulación de células sanguíneas anormales y la degeneración de la médula ósea, procesos que en los animales enfermos son bloqueados por el tamoxifeno. El tratamiento es capaz de eliminar las células madre anormales, responsables últimas de la enfermedad (algo que las terapias actuales, incluyendo los inhibidores de JAK2, no consiguen hacer). «Aunque no se conoce exactamente la causa, el tamoxifeno parece tener un efecto más potente sobre las células leucémicas que sobre las sanas, lo que permite bloquear la enfermedad sin causar efectos secundarios importantes sobre las células normales de la sangre", apunta el doctor Méndez-Ferrer, quien además señala la importancia de que el medicamento este a la venta. Esto hace que se reduzca enormemente el proceso para que se pueda usar en menos tiempo.

«Ahora queremos entender cómo funciona el fármaco dentro de la célula», apunta el investigador español, que ha formado parte de un equipo de once personas.

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