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La baja médica del ganador de los 61.5 millones del Euromillones

La baja médica del ganador de los 61.5 millones del Euromillones

Un cura portugués reclama «un donativo» al joven millonario

FRANCISCO CHACÓN

Jueves, 22 de marzo 2018, 09:16

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Un sacerdote de Vila Nova de Famalicao, a 40 kilómetros de Oporto, ha dado la sorpresa al publicar en el Boletín Parroquial una petición pública para que el reciente ganador local de 61,5 millones de euros en la lotería de Euromillones acceda a rascarse el bolsillo y realice un donativo que permita a la Iglesia de Lousado terminar las obras de restauración.

El insólito llamamiento lo efectuó Eusebio Esteves Baptista, el párroco en cuestión, quien dejó boquiabiertos a los feligreses que acudieron el pasado domingo a misa cuando les distribuyó la hoja informativa, de la cual él es el responsable.

«Alguien de la zona tuvo la suerte de acertar el primer premio de Euromillones», puede leerse antes de anotar (para ir avanzando) el número de la cuenta bancaria en la que puede ingresar su donativo.

El cura no especifica qué cantidad consideraría oportuna, pero sí apela a la generosidad del acertante desconocido, que se ha convertido en el centro de conversación de todos los vecinos.

No ha trascendido su identidad, entre otras razones porque él prefiere mantenerse en el anonimato. Solo se sabe que es un joven que trabaja en la fábrica de neumáticos Continental Mabor y que se encuentra en situación de baja médica.

El boleto premiado, que solo costó 2,50 euros, fue registrado en el Café Ribeiro de la localidad portuguesa, y de ahí pasó inmediatamente a estar en boca de todo el pueblo, donde todos se conocen.

«¿Será que el feliz sortudo va a tener un gesto de altruísmo y piensa ofrecer una aportación a esta parroquia de Santa Marinha de Lousado?», escribe el párroco para asombro de sus paisanos.

Lo curioso es que el afortunado solicitó la baja después de saber que había resultado agraciado, por lo que sus vecinos especulan con la posibilidad de que sea una estrategia deliberada para desaparecer y no tener que hacer frente a las peticiones que se le pueden venir encima.

Esta historia ha revolucionado la apacible vida cotidiana de Lousado, perteneciente a Vila Nova de Famalicao, uno de esos núcleos del área de influencia de Oporto, es decir, de su cuenca industrial.

No se habla de otra cosa en los rincones y en las calles de la localidad, donde ciertamente la parroquia ha conseguido saltar al primer plano. De hecho, ya hay quien se afana en preparar su contribución monetaria con tal de que el sacerdote le tenga presente en sus oraciones, según publica ABC..

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